domingo, 28 de octubre de 2012

CARACTERÍSTICAS QUE DEFINEN A UN BUEN PASTOR.


CARACTERÍSTICAS QUE DEFINEN A UN BUEN PASTOR.

POR: MISAEL REYES

BASE BÍBLICA: Juan 10: 1 – 14

INTRODUCCIÓN.

En este mes celebramos el mes de la familia pastoral como un merecido reconocimiento a esos hombres y mujeres que día a día se entregan al cuidado de la iglesia. Pero es verdad que esta función pastoral se ve muchas veces desmeritada por la presencia de “obreros fraudulentos y lobos rapaces que dispersan el rebaño”

El cap. 10 de Juan, constituye el último discurso público de Jesús y el último enfrentamiento con los dirigentes judíos, introducido con una alegoría del buen pastor que ama y se sacrifica por sus ovejas. En este cap. 10 tenemos un discurso que presenta a Cristo como amor en que el pastor da su vida por sus ovejas. Jesús emplea la figura del buen pastor para señalar un contraste marcado entre su propio ministerio y el de los falsos pastores. Los judíos, y especialmente los fariseos, presentados en los capítulos anteriores como opositores hostiles a Jesús, se describen aquí como los falsos pastores

La presencia de lo “FALSO Y LO ENGAÑOSO” no es nuevo. Las falsas identidades han estado presente, incluso, desde la misma creación. (Gen 3.) De allí en adelante, la serpiente antigua, que se llama diablo o satanas; ha continuado con su cadena de engaños adoptando  cualquier forma de apariencias espirituales, utilizando incluso a los mismo ministros cristianos; como instrumentos para tratar de fomentar divisiones entre la propia iglesia y llevar a cabo sus planes perversos.
El Señor hablando a través del profeta Isaías califica a estos impostores, como “…PERROS DE VORAZ APETITO; nunca parecen saciarse. Son pastores sin DISCERNIMIENTO; cada uno anda por su propio camino. Todos sin excepción, procuran su propia ganancia. (Isaías 56: 11, 12. NVI)
En el libro de Jeremías el Señor hace una fuerte acusación contra los pastores y los acusa de: revelarse contra el, de volverse necios, de destruir su viña, de dispersar el rebaño, de buscar sus propios intereses y proclama contra ellos una terrible sentencia.
(Jeremías 2: 8.   10: 21.   12:10.  23: 1.   25: 34; 50: 6.   Ezequiel.34: 2, 7 – 10; Zacarías 10: 3.)
En el NT el mismo Jesús al igual que Pablo y otros apóstoles, exhortan a los creyentes a mantenerse alertas ante la aparición de los “lobos vestidos de ovejas” (ver: Mateo 7: 15, 16; 24: 11; 24:24; Hechos 20: 29; 2ª. Pedro 2: 1; 1ª. De Juan 4: 1.))
Así que no nos debe sorprender que hoy se cuenten por miles, los falsos pastores que se la pasan merodeando al rebaño para dispersar y trasquilar a las ovejas y obtener ganancias de su lana. Falsos pastores que no están entrando por la puerta sino que están entrando encubiertamente por otro lado.
Porque algunos hombres han entrado ENCUBIERTAMENTE, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo”. (Judas 1: 4)
En consecuencia, es necesario que estemos alertas para no dejarnos sorprender por estos “ladrones y salteadores” (Jn 10: 1. NVI)
La Biblia, la Palabra de Dios da pautas muy claras a cerca de las CARACTERISTICAS QUE DEFINEN A UN BUEN PASTOR como también señala las características para identificar a los falsos pastores.
Entre las características que definen a un buen pastor, tenemos las siguientes:

I.        EL BUEN PASTOR ENTRA POR LA PUERTA AL REDIL DE LAS OVEJAS. (v. 2)

Jesús utiliza la figura de un pastor y sus ovejas para marcar la diferencia que existía entre los “falsos pastores” y el “buen pastor” que da su vida por las ovejas. También para ilustrar el cuidado y el amor que deben tener con la iglesia (ovejas) aquellos que han sido llamados a ocupar la honrosa tarea de apacentar la grey del Señor.
 Aunque no se mencione en este pasaje la palabra “Iglesia” es obvio pensar que Jesús si la tenia en su en mente por lo que dice el v. 16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor”. (NVI) Jesús no estaba pensando en la idea de tener rebaños de ovejas. Se refería a los judíos y al pueblo gentil que mas tarde vendría a formar parte de las “otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor” (v. 16)
¿Por qué utilizo esta figura del pastor y las ovejas? Porque no hay otra palabra que mejor encaje dentro del concepto bíblico de la definición de la iglesia. Jesús dejo claro que su iglesia estuviera al cuidado de buenos pastores (Jn 21: 17) y el mismo se definió como “el buen pastor que da su vida por las ovejas”? (10: 11.) ¿Y quienes son esas ovejas por las cuales el Señor da su vida? Claramente es la iglesia formada por judíos y gentiles.
Veamos lo que dice Hechos 20:28: Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el REBAÑO en que el Espíritu Santo os ha puesto por OBISPOS, para apacentar la IGLESIA del Señor, la cual él GANÓ por su propia sangre. 
Ahora bien, ¿Qué significa entrar por la puerta al redil de las ovejas?
“El redil era un lugar seguro contra las fieras, los ladrones y las tempestades. Normalmente consistía de un círculo o cuadro, rodeado por un muro de piedras y con una sola entrada. Los pastores metían sus ovejas dentro de ese corral para las horas de la noche y uno de ellos, el portero, se acostaba en la abertura. Los pastores, y los que ellos conocían, podían entrar y salir con el permiso del que guardaba la entrada, pero éste resistiría a un ladrón hasta la muerte si fuera necesario. La única manera segura que el ladrón tenía para entrar sería saltando por el muro. El hecho de subir por otra parte, y no por la puerta, lo identificaría como ladrón y salteador.
El pastor, cuyas ovejas se guardaban en el redil, tendría acceso libre por la puerta. Jesús, en esta afirmación, sólo establece la rutina que era conocida generalmente en el medio oriente”

Entrar por la puerta al redil de las ovejas es una señal de confianza, contrariamente al falso pastor que entra por otro lado, a escondidas y con malas intenciones. V. 1, 10.)
Entrar por la puerta es utilizar la vía correcta con plena libertad, sin temor a ser descubierto. Significa que no soy un extraño, tengo una identidad que es reconocida y soy digno de confianza y gozo del reconocimiento  de todos. El entrar por la puerta hace que:

(1) El portero le permita libre acceso al redil de las ovejas,

(2) las ovejas tienen oído audible a la voz del buen pastor, reconocen su voz,
(3) el buen pastor conoce el nombre de las ovejas, eso significa que tiene una estrecha relación con ellas. La llama por nombre indica un valor especial e individual que el buen pastor asigna a cada oveja.

(4) el buen pastor saca a las ovejas del redil, del círculo, del encierro y las lleva a “lugares de delicados pastos” v. 3 (Salmos 23.)

II.        EL BUEN PASTOR VA DELANTE DE LAS OVEJAS. (v. 4.)

Este cuadro (v. 4) que describe la manera de conducir las ovejas difiere grandemente de la costumbre en la mayoría de los países hoy en día. En vez de ir por delante de las ovejas, abriendo camino y enfrentando cualquier peligro, los dueños o pastores van detrás muchas veces a caballo, o con perros que asustan y aun muerden las piernas para obligarlas a moverse en cierta dirección.
Los falsos pastores las echan afuera para deshacerse de ellas, pero el buen pastor las lleva afuera para alimentarlas. El buen pastor quiere sacarlas del “redil rígido” de la ley e introducirlas al pasto libre del evangelio.
El buen pastor, es guía para sus ovejas va al frente para señalar el camino, buscar el mejor pasto y los arroyos donde las ovejas puedan alimentarse.
Hoy se ha puesto  de moda que los pastores se quedan en el “redil” disfrutando muchas veces del confort de su oficina y envían a las ovejas sin importarle que clase de peligro tengan que enfrentar. Ahora los pastores (ahora apóstoles y profetas) se hacen rodear de un gran número de ministerios para cargarlos de  cualquier tipo de información en sus interminables consejos ministeriales y luego informar al pastor de su ejecución para que este tenga los insumos necesarios para presentar su informe de los logros obtenidos por su gestión pastoral.
En este pasaje se nos enseña que el pastor va delante de las ovejas, dando el ejemplo, marcando la ruta, detectando los peligros y buscando lugares de refugio en las tormentas.
El ministerio pastoral no es una función que se pueda manejar a control remoto, requiere presencia y entrega.

III: LAS OVEJAS SIGUEN AL BUEN PASTOR. (V. 4)

Se cuenta de un turista en Siria que encontró a tres pastores con sus ovejas revueltas, tomando agua. Después de un tiempo uno de los pastores llama:  “MEN-AH, MEN-AH” en árabe “SIGANME” y subió a una loma. Al escuchar su voz sus ovejas dejaron a las demás y le siguieron. El segundo pastor hizo lo mismo y también sus ovejas lo siguieron.
El turista pregunto al tercer pastor: “si yo me pongo su ropa y tomo su vara y las llamo, ¿me seguirán? Haga la prueba dijo el pastor. Lo hizo pero sin resultados, porque no reconocieron su voz. ¿Quiere decir que no seguirán a nadie mas que a usted? Pregunto el hombre. “NO” le dijo el pastor “cuando están enfermas, seguirán a cualquiera que las llame”

Lamentablemente en el día hoy hay muchas “ovejas” que están siguiendo al pastor equivocado. Están siguiendo las huellas de un falso pastor que solo las conducirá en otra dirección menos a “lugares de frescos pastos y fuentes de agua”
Seguir al buen pastor me garantiza seguridad, alimentación y su cuidado.

IV. LAS OVEJAS RECONOCEN LA VOZ DEL BUEN PASTOR.

Borchert describe su experiencia en Palestina y cómo los pastores de ovejas las guiaban, yendo adelante y cantando o silbando. Las ovejas aprenden a distinguir el timbre de la voz de su como los pastores van de mañana al Redil donde están las ovejas mezcladas de varios pastores. Uno por uno, los pastores se ubican en el portón del redil y comienzan a cantar y silbar. Todas las ovejas suyas se levantan de entre las otras y comienzan a seguirle, dejando a todas las demás en su lugar y esperando su turno.

·         Conocer la voz del buen pastor es tener la capacidad de afinar el oído a la palabra de Dios para percibir sus consejos y sus orientaciones.
·         Conocer la voz del buen pastor, es estar atento al más mínimo ruido extraño que pueda dañar nuestros sentidos espirituales para no escuchar la voz de Dios,
·         Conocer la voz del buen pastor, es detectar aquellos acordes disonantes que pueden estropear la ejecución de una melodía.
·         Conocer su voz es una expresión que no sólo habla de la habilidad de distinguir un sonido, sino de confianza en la orientación sabia de su dueño, sabiendo que las quiere y las guiará a lugares de buen pasto y agua.

Se cuenta que en una ocasión un hombre se vistió de la ropa de un pastor para determinar si sus ovejas le seguirían, pero cuando quiso imitar el llamado del pastor, las ovejas levantaron la cabeza y corrieron, no hacia él, sino en la dirección opuesta. En esta manera se comprobó que las ovejas siguen más bien por el timbre de la voz y no por la vista, pues la vista puede engañar.

CONCLUSIÓN:

Jesús es nuestro buen pastor 10:1-18
El vigila a sus ovejas tanto en la lluvia como en los días de sol. Él expone su vida para protegerlas. Jesús tomó este ejemplo de su propio entorno y comparó su ministerio con el trabajo que hace un pastor bueno, en contraste con el trabajo del pastor malo al que él llama asalariado.
Las características del asalariado (10:12–14).
No es el pastor, no tiene relación con las ovejas, huye frente al ataque del lobo o del ladrón y No le importan las ovejas.
Las cualidades del buen pastor (10:11, 14, 15).
 Ama a sus ovejas, las ovejas saben que su pastor las ama y las lleva a lugares de reposo y las cuida durante todas las horas del día.
Las ovejas tienen una lealtad absoluta hacia su pastor. Lo siguen día y noche a cualquier parte y les da vida en abundancia (10:9–11). Esto consiste en tener el gozo y la paz que da la presencia constante del pastor, y saber que si fuera necesario él daría su vida por sus ovejas. En el momento oportuno, en el momento de crisis, él lucha para proteger a sus ovejas. El buen pastor da su vida por las ovejas (10:11–15).
Ni la muerte puede triunfar sobre él y su misión, v. 28.
Él les da vida eterna y no perecerán jamás. Nadie puede quitarlas de su mano. Él dijo: “Yo y el Padre uno somos” (10:30).
Su protección se extiende aún más allá de la muerte. Cristo acompaña a los suyos por el valle de la muerte y los conduce a un mundo mucho más hermoso y feliz.

viernes, 5 de octubre de 2012

EL PROGRESO DEL EVANGELIO


Rev. Julio Ruiz, pastor
Mensajes sobre Filipenses

EL PROGRESO DEL EVANGELIO
(Filipenses 1:12-20)

INTRODUCCIÓN: El hombre que habló del “progreso del evangelio” v. 12, no fue uno de los modernos “apóstoles” con su “evangelio de la prosperidad”. Más bien fue uno que vio crecer y progresar el evangelio a través del sufrimiento por ser un preso del Señor.  Para este hombre, todos los padecimientos que vivió, fueron las oportunidades para que el evangelio avanzara. ¿Fue Pablo un fracaso? ¿Creyeron los de su tiempo que por ponerle preso también encerrarían al evangelio? ¡No! Él ha dicho lo contrario v. 12.  Todo lo de Pablo fue grande, por eso habla de un evangelio que progresa.  Como apóstol, fue el más grande, aunque se consideró como un “abortivo”; el más pequeño de todos. Como pecador, él se declaró el más grande de todos y “como el primero” en la lista. Como perseguidor de la iglesia, nadie tuvo más celo que él. En lo que respecta su conversión, nadie ha tenido una tan dramática como la suya.  Si lo tuviéramos que tomar como un cristiano cualquiera, Pablo simplemente fue extraordinario. Su experiencia fue tan profunda que llegó hasta el tercer cielo. Nadie como él para llegar a amar a su Maestro. No dudó en mencionar que él era poseedor de la gracia del Señor como ningún otro hombre en la tierra. Y cuando lo tenemos que ubicar como predicador de la Palabra, él sobresale como el auténtico “príncipe de los predicadores”. Fue apóstol a los gentiles, fundando innumerables iglesias y escribiendo casi la mitad del Nuevo Testamento. Su pasión por el Señor le llevó a llenarlo todo con el evangelio, tanto que ni los reyes y emperadores se escaparon en oír que para él, Jesucristo era el Señor.  Pablo nunca concibió su vida como la de un derrotado. Su visión fue siempre de progreso. Su más grande deseo era que el evangelio progresara, aunque por eso tuviera que sufrir. Muy amados hermanos, el “progreso del evangelio” es lo que realmente debiera importarle a un creyente.  Le voy a decir esto: Si todo lo que somos, hacemos y nos sucede, no contribuye para el progreso del evangelio, debiéramos preguntarnos para qué fuimos salvos. Si mis estudios, trabajo, bienes… es para mi propio progreso, de qué me sirve la vida cristiana. A luz de este pasaje veamos qué es lo que hace que el evangelio progrese.

I.                   EL EVANGELIO PROGRESA CUANDO PERMITIMOS QUE DIOS USE NUESTRA PROPIA ADVERSIDAD 

1. Preso el mensajero, pero libre la palabra. Pablo nunca usaría la pregunta “por qué” me sucedió todo esto, sino “para qué” me es este sufrimiento. Ninguna adversidad la consideró como una derrota. Desde la misma cárcel les dice a los atribulados filipenses que todas las cosas que le están pasando son una gran oportunidad para el avance del evangelio. Pablo sabía que estaba preso, lo cual no fue la primera vez, pero esa adversidad la usó Dios para su propio reino. Seguramente los filipenses estaban muy preocupados porque estarían maltratando al pobre Pablo, pero él les dice: “Quiero que sepáis…”, como una forma de decir “no se preocupen por lo que están pensando, yo estoy bien,  pues Dios  está usando mi adversidad para hablar de él”.  ¿Qué era lo que sucedía con Pablo? Cada soldado era un verdugo, pero también era un oyente cautivo.
Diariamente había por lo menos cuatro soldados que recibían el mensaje de salvación y eran portadores de las buenas nuevas a otros soldados y a sus propias familias. Así que Pablo estaba preso pero no la palabra. Amados, es así como progresa el evangelio. ¿Qué hace usted con su adversidad?  ¿La convierte en bendición? Cuantos pueden conocer al Señor por su sufrimiento.

2. Todo ayuda para bien. Pablo fue quien escribió Romanos 8:28.  Así que si alguien conoció el valor de ese texto, fue su propio autor. Nadie como él para distinguir entre una cadena y otra de las que arrastraba. Por causa del Señor él era un preso en cadenas. Aunque su celda era una casa alquilada, y no un calabozo, estaba conectado a soldados con cadenas 24 horas al día. No era fácil para un hombre con esa pasión por el perdido, estar en cadenas. Sin embargo, eso no impidió que cada soldado y posterior reyes, conocieran del evangelio. Pablo convirtió  su adversidad  en triunfo. La historia está llena de testimonios sobre cómo Dios ha usado el sufrimiento de algún creyente para que el evangelio avance. “La sangre de los mártires es semilla de cristianos” es la frase que ha hecho el gran progreso del evangelio como una referencia obligada al hablar cómo Dios usa las cosas para bien.  Toda adversidad cristiana debiera contribuir para el progreso del evangelio. Hay flores que cuando se le pisan expanden mejor su aroma. Todo el cuartel de la guardia de honor romana conoció del evangelio por las cadenas de Pablo v. 12. “Y sabemos que a los que amamos a Dios todas las cosas ayudan para bien”.

II.                 EL EVANGELIO PROGRESA CUANDO TENEMOS UNA DISPOSICIÓN DEL ÁNIMO PARA COMPARTIR LA FE

1. Hay que cobrar ánimo v. 14. Este es un texto extraordinario. La aflicción no siempre produce ánimo. La verdad es otra. Conozco muchos creyentes que viven derrotados. Las adversidades de sus seres más cercanos o la de ellos mismos, les cambia sus rostros y los hacen  creyentes tristes e improductivos. Pero note la diferencia con los hermanos de Filipos. Pablo deja constancia de la forma cómo ellos cambiaron de actitud cuando escucharon de su informe y la manera cómo Dios lo estaba usando. Mis amados si algo debiera poseer el creyente es ánimo.  Tenemos un gran déficit de ánimo en nuestras vidas. El desánimo pareciera ser la nota distintiva en algunos seguidores del Señor. La pasión por el Señor en algunos no es sino “un tizón que apenas humea”. Alguien ha dicho que  “es muy difícil contagiar salud, pero qué fácil es contagiar enfermedad”. El creyente debe ser alguien que siempre esté cobrando ánimo. Ese es el mejor contagio que necesitamos. El progreso del evangelio va más rápido cuando el ánimo es notorio. Cuando Israel estaba en la gran encrucijada de su vida después de haber salido de Egipto, Moisés les arengó de esta manera: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis” (Ex. 14:13). Las victorias cristianas solo se logran con un ánimo resuelto. Eso no lo detiene nadie.

2. Hay que atreverse mucho más v. 14b. Los hermanos filipenses después que   cobraron ánimo  fueron audaces, osados y atrevidos para anunciar el evangelio. “Atreverse mucho más” es el secreto del crecimiento. La verdad es que una iglesia no crece si no tiene hermanos atrevidos que durante la semana están hablando de Cristo. Vemos como los hijos de las tinieblas son más sagaces que los hijos de la luz. Observe usted cuán atrevidos son los Testigos de Jehová o los mormones. ¿Ha visto usted el empeño con el que ellos salen a vender sus productos? Observe cuán atrevidos están  siendo los musulmanes. A ellos no les importa  orar varias veces al día a delante de quien sea, a su insignificante dios. ¿Y qué pasa con los que hemos recibido de parte de Dios una salvación tan grande y la gran comisión para predicar el evangelio? ¿Somos atrevidos en hablarle a nuestros compañeros de trabajo, de estudio,  de negocio o vecinos? Mire el caso bíblico donde un grupo de hermanos se atrevieron mucho más y dio como resultado el nacimiento de la iglesia de Antioquia (Hch. 11:20). El progreso del evangelio tiene que ver con la palabra “atreverse”. “Hablar la palabra sin temor” es un riesgo que todos debemos correr.   
 
III.             EL EVANGELIO PROGRESA CUANDO CONFRONTAMOS LOS VERDADEROS MOTIVOS DE LA PREDICACION.  

1. Predicar por envidia v. 15. En medio del reconocimiento que Pablo hace aquellos hermanos que estaban animados y atrevidos compartiendo la palabra, también descubre a un grupo que estaban haciendo las cosas por envidia. ¿Cómo se entiende esto? Al parecer se planteó una rivalidad entre los dos grupos y también con Pablo. Las iglesias han encarado la rivalidad por años y ` parecen no escapar al tipo de motivación con que se hacen las cosas para el Señor. Lo que llama aquí la atención es que este feo pecado aparezca dentro de la predicación de la palabra. Ese grupo no estaba anunciando a otro Cristo como sucedió entre los gálatas. No eran seudos creyentes. Eran hermanos legítimos que tenían la misma fe y predicaban al mismo Cristo. ¿Cuál era su problema? Que estaban predicando a Cristo por  envidia. Ellos tenían una motivación incorrecta. Mis amados hermanos, Satanás ha usado este pecado entre los hermanos desde el principio. ¿No fue este el pecado por el que Caín mató a su hermano Abel? Se ha dicho que los envidiosos son aquellos que se sienten molestos ante el éxito de sus amigos. Y esto era lo que pasaba con aquel grupo de los filipenses. El éxito de Pablo era muy grande, por lo tanto eso despertó en ellos envidia y predicaban con una falsa motivación.   ¿Siente envidia por la forma cómo otros hacen las cosas? La envidia debe ser confrontada. Ese pecado detiene el evangelio.

2. Predicar por contienda v. 15b. Al pecado de la envidia, Pablo añade la contienda. La verdad que esto pareciera una contradicción de términos. ¿Cómo explicar que alguien se dedique a predicar a Cristo por contienda? Cuando se hacen las cosas por contienda se alimenta una baja pasión conocida como el egoísmo. Es triste pensar que así como el amor y la unidad van juntos, también la envidia y la contienda con amigas inseparables. Se ha pensado siempre que la iglesia a los filipenses era un modelo de virtudes, como el gozo y la generosidad, pero como en toda iglesia, la presencia de estos feos pecados también se hizo presente. Tan grande fue el asunto que en el siguiente capítulo Pablo va poner más evidencia esta situación en la vida de la iglesia. Así que, dentro de uno de los más grandes capítulos de la Biblia, él va a decir esto: Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros” (Fil. 2:3, 4). Cuando somos confrontamos y corregidos con estas palabras para revisar las verdaderas motivaciones con la que le servimos al Señor, predicaremos al Señor sin estos feos pecados del alma y haremos más grande progreso al evangelio.

Ilustración: La historia nos dice que John Wesley y George Whitefield fueron dos grandes predicadores ingleses, pero con profundos desacuerdos en asuntos doctrinales. Un día alguien le preguntó a Wesley si espera ver a Whitefiel en el cielo, a lo que éste respondió: “No lo creo”. “Entonces Whitefiel no fue salvo”, dijo el hombre. “Por supuesto que él fue un hombre convertido”, dijo Wesley. “Pero no voy a esperar verlo en el cielo, porque él estará muy cerca del trono de Dios y yo estaré muy lejos de allí”. He aquí la verdadera motivación para predicar.

IV.             EL EVANGELIO PROGRESA CUANDO PARA MÍ EL VIVIR ES CRISTO Y EL MORIR ES GANANCIA v. 21

Pablo comenzó diciendo que los sufrimientos por los que estaba pasando estaban contribuyendo para el progreso del evangelio. Esto puso de manifiesto el lugar que Jesucristo ocupaba en el corazón de este distinguido apóstol. De modo, pues, que no fue raro que Pablo pronunciara uno de los textos que más revolucionan la mente de todo lector. Para este hombre de Dios, la muerte era la mejor cosa que le podía pasar. Así que Pablo no le tenía temor a ella, la cual, por cierto, estaba segura allí en Roma. Pablo no sabía con qué muerte iba a glorificar a Cristo, pero estando en Roma, y teniendo a Nerón como el verdugo del reino, cualquier muerte atroz podía venir. Pero mire lo que dice el texto v. 21. “Vivir en Cristo” y para Cristo es el secreto del progreso del evangelio.  Para muchos, la muerte es el fin de todos, para el creyente es su mejor ganancia. Para el cristiano, su preocupación debe ser vivir para Cristo. Quien esto hace, toda su vida se transforma en un testimonio vivo y con ello el continuo progreso del evangelio. ¿Es así nuestra vida? ¿Cuál es mi contribución para el progreso del evangelio? ¿Qué hago para que avance?

CONCLUSIÓN: El resumen que Pablo hace a sus hermanos filipenses para  que en todo trabajan para el progreso del evangelio, lo presenta en este texto final: “Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio…” v. 27.  Este es el testimonio que toda iglesia debiera presentar para que la proclamación del evangelio no se detenga. Este es el espíritu que hace posible la victoria y el progreso del evangelio. ¿Cuál  es su parte para que el evangelio progrese?