sábado, 26 de mayo de 2012

“CARACTERÍSTICAS DE UN CREYENTE QUE VIVE EN INTEGRIDAD” (Tercera Parte)


Por: Misael Reyes

III. UN HOMBRE INTEGRO ES AQUEL CUYO TESTIMONIO Y DILIGENCIA LO HACEN DIGNO DE PRIVILEGIOS Y LO UBICA EN POSICIONES IMPORTANTES.

Cita Biblica:

Génesis 39: 4. José se ganó la confianza de Potifar, y éste lo nombró mayordomo de toda su casa y le confió la administración de todos sus bienes.
-       
Nuestra cultura cristiana nos ha enseñado que las posiciones importantes, no son para los cristianos. Que los puestos importantes en las grandes empresas, son solo para la gente del mundo y las posiciones subalternas quedan entonces para los creyentes. Vaya que tremenda equivocación. No es eso lo que la biblia enseña en cuanto al liderazgo de los siervos de Dios.

Veamos el caso de un hombre que en medio de la más terrible crisis espiritual y social del mundo de aquel entonces, fue utilizado por Dios para ser un instrumento de bendición no solo para su familia y unos cuantos animales, sino a todo el mundo.

-      Genesis 6: 5. Y el SEÑOR vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que toda intención de los pensamientos de su corazón era sólo hacer siempre el mal.

-      Génesis 6: 8. Mas Noé halló gracia ante los ojos del SEÑOR.


1.) Es posible vivir una vida justa aun cuando la injusticia rodee nuestra vida y nuestro mundo.

-      “Noé era un hombre justo, perfecto entre sus contemporáneos; Noé andaba con Dios”. (v9)

La vida en este planeta cada día que pasa, se hace más insoportable. Muchas veces nos asalta la idea de salir disparado hacia otro parte del cosmos e irnos a vivir en lo intrincado de una selva, donde nadie nos moleste, porque queremos vivir en paz, en tranquilidad, en bonanzas. Queremos escapar de una realidad de la que nos sentimos presos sin la menor posibilidad de lograr nuestra libertad, y que nos causa estupor.

Huir de los problemas, no es la solución, enfrentarlos es una decisión de valientes.

Imaginémonos una escena moderna de un Noé del año 2012, sentado en el porche de su casa, con la cabeza entre las manos mirando por entre las rendijas de las rejas.
Lee un poco su biblia la que muchas veces es interrumpidas porque las escenas de violencias que se registran diariamente en las calles del pueblo, no le permiten concentrarse; disparos, ruidos de motos, el estruendo de los miles de automóviles en las reducidas calles, robos, atracos, el sonar de las sirenas de las patrullas en persecución de unos que atracaron un banco y también de sirenas de una ambulancia, trasladando heridos de balas en enfrentamiento entre la policía y delincuentes.
De  repente mira la televisión y enfoca su atención a unas noticias sobre los últimos acontecimientos en Europa y el Medio Oriente.
Al revisar la prensa, observa con estupor los titulares donde se anuncia nuevas invasiones de las superpotencia por el dominio de otros pueblos, pero la tensión sube cuando observa lo de la implantación del ship en los próximos días y también la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo.
Un panorama como para ponerse las manos en la cabeza y empezar a llorar.
Lo primero que cruza en la mente de este Noé moderno, es la idea de escapar con su familia a otro país, buscar un sitio seguro, donde sus nietos puedan crecer en un ambiente sano, libre de toda la contaminación y el pecado que está golpeando severamente al mundo. Pero no hay salidas posibles.
Ahora,  en medio de este dilema, siente dentro de sí que no debe escapar a esta realidad y que como cristiano, está en sus manos hacer algo que realmente vale la pena.

Mientras sus pensamientos son golpeados insistentemente por la idea de hacer algo, recibe el llamado de Dios lo cual acepta sin vacilación.

2. ) Un cristiano integro, de convicciones espirituales arraigados en la palabra de Dios; no evade sus compromisos, aun cuando esto implique la renuncia a sus comodidades.

Nunca Dios ha llamado a sus siervos a cumplir ninguna misión, cuando las cosas estén en bonanzas, sino cuando la crisis parece no tener salida, cuando las condiciones desde el punto de vista se vuelven cada vez más precarias.

Analicemos el caso de otro personaje que descolló en la historia bíblica, cuando las condiciones existentes eran totalmente un caos, material, moral y espiritual. Me quiero referir a Nehemías, uno de los cautivos de los hijos de Israel en Babilonia.

Después de un largo cautiverio, el rey Darío emitió un decreto y le daba la libertad a los cautivos para venir a restaurar las ruinas de Jerusalén.

Nehemías estaba muy bien en el palacio del rey, no tenia que preocuparse por nada de lo que sucediera afuera, porque adentro Nehemías estaba bien protegido, gozaba de comodidad, tenía un carro asignado, todo un confort. ¿Para qué tenía que preocuparse por las ruinas de una ciudad en las que no había esperanza de reconstruirla?

Las noticias que recibió de sus hermanos que vinieron a el, no eran alentadoras.

Nehemías 1:

-      Palabras de Nehemías hijo de Hacalías. Aconteció en el mes de Quisleu, en el año veinte, estando yo en Susa, capital del reino,

-      2. que vino Hanani, uno de mis hermanos, con algunos varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén.

-      3. Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego.

Esta noticia, produjo en Nehemias un impacto muy profundo. En el v. 4 del capitulo 1 dice:

-      4. Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.

Para el creyente en Cristo, noticias así, no pueden ser para estar en reuniones sociales o acomodado en una oficina a todo dar. Un creyente que ama a Dios sabe que su campo de batalla es entre las ruinas de los campos, los barrios y entre los indeseables y rechazados del mundo.

Nehemías abandono el palacio, renuncio a sus prestaciones sociales y escogió obedecer la voz de Dios. Muchas veces el temor nos detiene, y nos corta la visión y la fe en un Dios que provee e inspira fuerzas para superar las difíciles tareas.

Nehemías organizo un gran equipo y a pesar de Los sambalat y los Tobias, logro concluir el muro en 52 días.
No hay imposibles para un hombre que cree en las promesas de un Dios grande y soberano.