sábado, 26 de octubre de 2013

EL COMPORTAMIENTO DE UN SIERVO DE DIOS

Rev. Julio Ruiz, pastor
Mensaje sobre los Hechos

EL COMPORTAMIENTO DE UN SIERVO DE DIOS
(Hechos 20:17-38)

INTRODUCCIÓN: En la historia de hoy hay preguntas que deben hacerse. El amor y el ejemplo de Pablo por el Señor y su obra parecieran reclamarlas. Podíamos comenzar, diciendo: ¿Cuál es la fuerza que nos  impulsa para hacer la obra de Dios? ¿Cuáles son mis reales motivos para el servicio? ¿Por qué hago lo que hago? ¿Es por amor o por un simple deber? El testimonio de Pablo a los pastores de Éfeso es simplemente revelador. Es una autobiografía que pone en evidencia un contundente testimonio del más grande cristiano que haya conocido la historia. No muchos escriben su propia autobiografía, sobre todo si tienen que hablar del trabajo hecho y la integridad mostrada. Algunos considerarían eso una falsa modestia, pero no fue así como Pablo lo veía. Él, sin ningún complejo ha dicho: “Sed imitadores de mi, como yo solo de Cristo”. Las palabras con las que comienza su testimonio parecieran demandar un veredicto de parte de sus oyentes: “Vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo…” v. 18. Esto es como si dijera: “Ustedes son los que calificarán mi conducta, pues mi testimonio está a la vista, y al parecer no encontrarán  nada que reprocharme”. Y si bien es cierto que los falsos apóstoles pusieron en duda su apostolado (2 Cor. 11,  12),  los cristianos en quien él  se invirtió, tuvieron que reconocer su entrega y amor por ellos. Los ancianos de Éfeso  sabían que el hombre que les habla ahora no es un interesado en sí mismo ni es un manipulador de oficio. Ahora están escuchando lo que significa un autentico testimonio de integridad en el servicio, en la predicación, en lo ético y en la pasión por el Señor y su obra. Nos hará un gran bien estudiar las características de este siervo del Altísimo para aplicarlas en lo que hacemos para el Señor. Nada es más poderoso que la integridad cristiana. Que nadie salga sin ella. Veamos cómo actúa.

I.                   UN SIERVO DE DIOS TIENE COMO  CARTA DE PRESENTACIÓN UN TESTIMONIO INTACHABLE (v. 17-19)

Sin duda que este pasaje está cargado de mucha emoción. Los ancianos al ser convocados por Pablo vinieron enseguida. Ninguno de  ellos se perdería aquel encuentro para ver y hablar con el hombre que les había conducido a Cristo. Todos ellos están  en el ministerio por Pablo y oír de él el consejo y la orientación era como asistir al mejor seminario de motivación y mejoramiento ministerial. Qué obrero no  hubiera asistido a esa invitación. Al estar ellos allí  Pablo presenta  dos cosas muy importantes para hablar de su comportamiento en Éfeso. Por un lado puso como testigos a los mismos que él había instruido y asignado como ancianos de las  iglesias ya constituidas. Ellos sabían  de la transparencia con la había servido al Señor. Servicio este que lo había hecho con humildad, con lágrimas y con gran asechanza v. 18. En todo lo que ellos vieron no podían juzgar al apóstol de mal testimonio. En segundo lugar, Pablo apeló al tiempo que duró con ellos, diciendo que desde el momento que tocó la tierra del Asia, su vida estaba gobernada por la integridad de su testimonio. ¡Con cuánta solemnidad escucharían esos hombres a su mentor espiritual! Estas mismas palabras las escucharían las demás iglesias a las que Pablo servía (1 Tes. 2:10-12). Un buen testimonio dice más que mil palabras. Un ministerio eficaz tiene que estar respaldado por la conducta personal. Si así vive el obrero, será un instrumento de bendición. Pero nada daña más el evangelio que un mal testimonio. ¿Cómo es el suyo?

II.                UN SIERVO DE DIOS TIENE COMO  ESTILO DE VIDA UNA CONSAGRACION A SUS TAREAS (v. 20-21)

No basta una conducta intachable si lo demás no se traduce en acciones. Esto hay que decirlo porque bien pudiera ser que contamos con hermanos de una vida “intachable”, pero flojos y perezosos. Hermanos de quien nadie dice nada malo, pero ellos no le dicen nada a nadie. No fue esto el caso de Pablo. Su testimonio estuvo respaldado con sus acciones. Él tuvo una consagración al trabajo de la predicación y la enseñanza v. 20. A esta tarea no había rehuido, sino que lo había hecho tanto público como en las casas. Si algo sabía  Pablo era de los “grupos familiares” que se reunían en las casas.  Muchas conversiones y líderes salieron de esos lugares. Quizá fue esto lo que más adelante le llevó a decir: “Me es impuesta necesidad, y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!” (1 Cor. 9:16).  Pero, ¿cuál era el mensaje que Pablo predicaba? Uno era de “arrepentimiento para con Dios” y el otro de “fe en nuestro Señor Jesucristo” v. 21. Esto nos revela que Pablo predicaba el evangelio auténtico. Tenemos que reconocer que algunos  púlpitos cristianos pudieran estar tocando  otros asuntos, sobre todo aquellos  para entretener a nuestra gente, que el tema del arrepentimiento para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesucristo. Hay predicadores modernos que admiten no predicar mucho sobre el arrepentimiento porque ahuyentan a la gente. Al hacer esto estamos en franca desobediencia a la palabra, pues Cristo mismo comenzó su ministerio predicando este tema (Mt. 4:17). La constancia infatigable de Pablo queda registrada en estas palabras. La constancia y la perseverancia hacen la diferencia.

III.             UN SIERVO DE DIOS TIENE COMO SU FORTALEZA EL ESTAR LIGADO AL ESPÍRITU PARA HACER LA OBRA (v. 22-23)

Pablo era un hombre ligado al Espíritu. De hecho, su comunión con la tercera persona de la Trinidad era tan íntima que el acercamiento entre los dos consistía en una relación como la que tenía Moisés con Dios en la antigüedad. Había entre Pablo y el Espíritu Santo tal cercanía hasta el punto de prohibirle ir a algún lugar, animarle a no temer ante el peligro, revelarle cuando había un espíritu contrario y sobre todo darle fortaleza cuando enseñaba, predicaba, sanaba, resucitaba.  Tome en cuenta que en este mismo texto el Espíritu Santo le dice que en cada ciudad donde va a ir le esperaban “prisiones y tribulaciones” v. 23.  ¿Qué haría usted si al que tiene como su fiel compañero le dijera que los próximos lugares que va a visitar lo van a poner preso o le van a dar una golpiza? ¿Se animaría a seguir adelante? Pues eso fue lo que Pablo sentía, sin embargo mire su resolución: Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” v. 24. Esto bien podría llamarse una “santa desobediencia”. Pablo con su ejemplo nos dice que la vida no debemos estimarla tan preciosa cuando la gastamos para nosotros mismos, pero que si será de incalculable valor cuando la invertimos para Cristo. ¿Hasta dónde el Espíritu Santo es el guía de su vida?


IV.             UN SIERVO DE DIOS TIENE COMO PRINCIPIO DE VIDA UNA CONVICCIÓN INQUEBRANTABLE (25-27)

Lo primero que descubrimos en la vida de Pablo es un hombre de convicciones inquebrantables. Ya lo había expresado al decir que no estimaba su vida con tal que acabara con gozo la carrera y todo lo que había recibido de parte del Señor para terminar su tarea. Lo de él era cumplir su ministerio sin importar el costo. Ahora, y en presencia de todos sus discípulos y colegas del ministerio, les expresa unas palabras muy emotivas que después arrancaron lágrimas y gran lamento. Por supuesto que las despedidas son tristes, pero esta que incluía el no verse otra vez, era más dolorosa. Como su actitud no era el de escalar puestos para destacarse, les trae otra vez el trabajo hecho entre ellos, recordándoles las palabras del profeta Ezequiel (3:19) tocante a la importancia de haber advertido al pecador de su camino,  por lo que se consideraba “limpio de la sangre de todos”. Su convicciones eran tan profundas respecto al trabajo para el Señor que allí en Éfeso, Pablo reconoce haber hecho uno de sus más grandes trabajados, al decirnos a todos que: “No he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios”v.27. En su convicción inquebrantable Pablo se aseguró de no salir de allí hasta que todos estuvieran saturados del “consejo de Dios”. Existe el “consejo de los hombres”, que por lo general está sujeto al error y a cambiar. Pero el de Dios es un consejo que transforma y que da el mejor bienestar a la vida. Mientras no enseñemos todo el “consejo de Dios” no podemos decir que tengamos éxito en el ministerio.

V.                UN SIERVO DE DIOS TIENE COMO COMPAÑERA UNA CONCIENCIA IRREPROCHABLE (v. 33-35)

La codicia y el amor al dinero es la raíz de todos los males,  nos diría después el mismo Pablo (1 Tim. 6:10). Hay que decir que Pablo tuvo muchas maneras de lucrarse con su ministerio, pues no fueron pocas las iglesias que fundó e hizo crecer. Se rodeó con gente de la alta sociedad y por seguro muchos de ellos tendrían muy buenas posesiones, sin embargo no le vemos haberse hecho rico a través del evangelio. Para él, la “teología de la prosperidad”,  tan amada por algunos predicadores, no fue una de sus enseñanzas. Por el contrario, trató al máximo de no ser una carga para las iglesias, por lo que usó sus propias manos con el fin de sostenerse, de allí que pudo decirle a estos hombres: Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido” v. 34. Su conciencia no le acusa de haber usado el ministerio con otros fines. Su postura fue radical y muy ética en todos los temas, sobre todo esto del dinero donde hay toda una trampa del enemigo. Como él había aprendido de su Maestro que: “Mas bienaventurado es dar que recibir” v. 35, convierte este principio en la norma para su vida y así se lo trasmitió a ellos. La vida de un siervo de Dios debe estar acompañada de una conciencia tranquila. La actuación con transparencia y pulcritud en todos nuestros actos hará que tengamos como compañera una conciencia irreprochable y eso será uno de los más fuertes testimonios que presentaremos para propios y extraños.

VI.             UN SIERVO DE DIOS TIENE COMO PREOCUPACIÓN PRINCIPAL EL CUIDADO DE LOS DEMÁS (28-31)

Las palabras “rebaño”,  “obispos” y “lobos”, refieren a un hombre que está hablando ahora con un corazón de pastor.  Lo primero que les pide es a mirar por ellos y luego por su rebaño v. 29. El cuidado personal se reflejará también en la iglesia. La nota distintiva a la que Pablo hace alusión es que  ellos estaban allí porque el Espíritu Santo les había puesto. Cuando una iglesia cuenta con un siervo puesto por el Espíritu Santo hay garantía de ser dirigida bajo la unción y dirección de lo alto. De esta manera, la preocupación de un pastor siempre será por los “lobos rapaces” que están prestos para devorar a las ovejas v. 30. Pablo tenía un olfato inconfundible y sabía de aquellos lobos con piel de ovejas que no solo frecuentaban las iglesias, sino que dentro del seno de ella misma se  levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos v. 30. Estas advertencias ponen de manifiesto el cuidado que los siervos del Señor debemos tener por el rebaño. La razón es porque ese rebaño donde el Espíritu Santo nos haya puesto como “obispos”, Jesús lo “ganó con su propia sangre” v. 28. ¿Sabe lo que esto significa? La iglesia es el cuerpo de Cristo, por lo tanto tiene un valor divino y eterno. Es a través de ella que el Señor manifiesta su poder y su gloria. En resumen, los que estamos al frente de ella debemos estar alertas para percibir el peligro. Debemos defender su doctrina. Nuestra misión es mantener a la iglesia unida bajo el mismo amor, cuidándola y amonestándola porque como pastores velamos por vuestras almas, como quienes tendremos que dar cuentas de las ovejas (He. 13:17). Las ovejas demandan nuestro más especial cuidado. Así que, ¡déjense cuidar!

CONCLUSIÓN: Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” v. 24.  Esta convicción inquebrantable es la que le da sentido a la vida cristiana y el ministerio que desempeñamos para el Señor. Esta es la visión final de un siervo de Dios. Nuestra vida debe estar determinada de esta forma. Cuando estimamos más nuestra vida para nosotros mismos, la obra de Dios pasa a un segundo plano. ¿Le gustaría ser un imitador de Pablo como ya lo somos de Cristo? Como siervos del Señor, ¿adornamos lo que hacemos con estas características? ¿Somos un ejemplo de integridad?


viernes, 25 de octubre de 2013

JUSTO CUANDO MÁS LO NECESITO


Rev. Julio Ruiz, pastor



INTRODUCCIÓN: ¿Te has preguntado por qué Dios espera venir a darnos  ánimo justo cuando estamos viviendo el  peor momento de nuestras vidas? ¿Por qué no viene antes o por qué no viene después? Bueno, el asunto es que  Dios no tiene prisa, y en algunos casos hasta  retrasa su venida cuando hay alguna situación donde se esperaba su presencia con urgencia. ¿Recuerda cuando murió Lázaro? Aunque él sabía de la gravedad de su especial amigo,  y de la muerte que venía en camino,  retrasó  el viaje dos día más porque su plan no era  sanar al enfermo, sino resucitar al que  moriría (Jn.11). La razón por la que el Señor llega cuando más lo necesitamos, y no tanto cuando nosotros queremos, es porque él tiene mejores cosas para darnos. Así tenemos que al Señor las circunstancias no lo presionan ni lo toman por sorpresa.  En el caso de Pablo, cuando todo pareció estar en el punto más crítico, Dios vino a  él. Vino justo cuando sus pensamientos podrían estar buscando alguna  respuesta y cuando experimentaría el dolor del golpe recibido. La aparición del Señor en aquella oscura cárcel fue la más importante  respuesta para aquellos que pensaban que  Pablo era un desamparado a quien nadie quería por ser muy malo.  Nunca dudes de la capacidad de Dios para venir a tu vida de acuerdo a cómo él lo ha programado. No  podemos evitar sentirnos angustiados, desilusionados y desanimados, pero Dios es capaz de proporcionar su luz  justo cuando más lo necesitamos. Confíe en el Señor que él enviará su dirección  cuando usted se sienta más confundido. Entonces, ¿por qué el Señor no viene antes para darnos ánimo cuando pasamos por una crisis? ¿Qué significa su activa  presencia cuando estamos encerrados, sufriendo por representar su nombre?
I.                   DIOS SE HACE PRESENTE PARA ANIMARNOS EN  LOS MOMENTOS DE MAYOR CRISIS EN LA VIDA 
1. “A la noche siguiente se le presentó el Señor…”  v.11. ¿Se dio cuenta de este detalle? El Señor no vino cuando Pablo pasó la primera noche en el “hotel presidencial”, sino la segunda noche,  cuando ya tuvo tiempo de reflexionar, orar y descansar en el Señor. No sabemos qué pensó Pablo en esa primera noche en la fortaleza, pero conociendo su carácter no creemos que estuviera allí quejándose. No se preguntó si era la voluntad de Dios haber ido a Jerusalén o si les hubiera hecho caso a sus amigos que le rogaron que no fuera. Lo que si creemos es que él estaba convencido que aunque estaba preso en esas cárceles romanas, no aptas para un ciudadano como él, el Señor acudiría en cualquier momento para apoyarlo. Y así sucedió. Cuando usted pasa por alguna crisis seguramente le gustaría contar en ese momento con alguien muy especial, pero la  verdad es que no siempre se da eso. Cuánto desea un hijo o una hija  la presencia de su madre o su padre en un momento de crisis, pero nada es más confortable que al lugar donde padecemos acuda el mismo Señor para fortalecernos y animarnos. Nada supera su presencia.
2. “Ten ánimo…” v. 11b. Aunque si bien es cierto que Pablo tenía un carácter indoblegable (hablando ahora positivamente), él era un ser humano. Y si el Señor le dijo que tuviera ánimo es muy probable que en esa segunda noche Pablo estuviera desanimado. Pero, ¿qué pudo desanimar a un hombre con su temple y talante? No fue por estar encerrado, pues ya había pasado por eso con un ánimo que contagió a los demás presos (Hch. 16:11-40).  Tampoco estaba desanimado porque podían venir a cortarle la cabeza antes de tiempo, pues ya había declarado hasta donde estaba dispuesto (Hch. 20:24). Es probable que un eventual desánimo pudiera haber venido por la dureza de corazón de su propia gente, quienes obstinadamente rechazaban el mensaje de la cruz. En Romanos 9:1-3, Pablo habla de su amor y pasión por su gente, hasta querer hacerse anatema para ganárselos a todos. Así que el Señor le dio las palabras más importantes: “Ten ánimo, así como lo has hecho bien en Jerusalén, también lo harás en  Roma”. Las palabras “ten ánimo”  son las que necesitamos porque con frecuencia somos presa del terrible mal del desánimo. En algunos este mal es más frecuente que en otros. Ten ánimo cuando el médico te dé un mal diagnóstico, cuando pierda su trabajo, cuando te reprueben en tus clases, cuando tenga una desilusión sentimental, cuando tu estado inmigratorio no avance… tenga ánimo porque las mismas consolaciones divinas que sostuvieron a Pablo, lo harán con usted. No se desanime porque a usted lo respalda el mismo Dios que hizo los cielos. Aprópiese de su fortaleza y avance.
II.                DIOS SE ACERCA  PARA DAR ÁNIMO CUANDO POR SU CAUSA PADECEMOS  INJUSTAMENTE
1. Golpeado por hablar bien v. 2, 3. La integridad se enfrentará siempre con  la arrogancia donde quiera sea exhibida. Tratar de callar un testimonio intachable ha sido la tarea del enemigo, representado acá por este malvado sumo sacerdote. Dice el comentarista  Hacket que el método de silenciar al orador, golpeándole en la boca,  es común en el oriente hasta hoy día. Este hombre, como juez que representaba a Dios, cometió un acto infame al mandar a golpear a Pablo al principio de su defensa sin escuchar sus argumentos. Los escritores de aquel tiempo describen la acción  de Ananías como típica de un hombre cruel y rapaz, completamente indigno de su oficio. Pero como se va a notar, esta acción no silenció al hombre que estaba persuadido de seguir hablando la palabra de Dios en presencia de estos religiosos, los intérpretes de la ley. ¿Cuál hubiera sido su reacción si al comienzo de su testimonio le den la bienvenida con un golpe en la boca? ¿Seguiría hablando? Hay tantas cosas que producen el desánimo y el ser tratado injustamente es una de ellas. Frente a esto, escuche la voz del Señor: “Ten ánimo”. 
2. Disculpando al ofensor v. 5. Pablo, cual boxeador dentro de un ring, se había acostumbrado a recibir golpes de sus contrincantes donde se daban sus debates teológicos. Y en Jerusalén estaban dadas las condiciones no solo para ser golpeado sino también para ser  asesinado. Lo primero que hizo para provocar la ofensa fue mirar “fijamente al concilio”, con una mirada de consciente integridad y coraje, como buscando dentro de ellos a alguien que le reconociera para comprobar la calidad de su testimonio. Y fue, en efecto, la presentación de un testimonio  intachable que despertó la ira del sumo sacerdote. “¿Por qué me golpeas?” o “¿Por qué abusas de tu autoridad?”, pudo ser la pregunta de Pablo, sobre todo por la forma cómo recrimina al ofensor v. 3. Pero observe la capacitad de rectificación de este apóstol, sobre todo cuando se dio cuenta que era el sumo sacerdote v. 5. ¿Cómo actuaría usted en ese momento? ¿Qué tan rápido rectifica usted frente a una ofensa cometida? Al final Pablo sabía que lo que él dijo (v. 3), Dios se encargaría de hacer justicia. En la caída de Jerusalén, el año 70 d C, Ananías fue asesinado. No se desanime si sufre injustamente, Dios no pasa por alto ni olvida las ofensas a sus hijos.
III.             DIOS  SE ACERCA PARA DARLE ÁNIMO CUANDO VE QUE USTED ES UN VALIENTE CONFESANDO SU NOMBRE 
1. Predicando sobre la resurrección v. 6. Hay un mensaje que siempre producirá reacción entre la gente y ese es el de la resurrección. Para algunos es más fácil creer en la reencarnación que en la resurrección, sobre todo la que ha sido anunciada y dejada por Cristo. Como Pablo era un maestro en el dominio de todos los escenarios, después que fue golpeado se percató quiénes eran sus oyentes, y con una audacia muy propia de su formación, produjo una división entre los presentes, aprovechando que allí estaban los fariseos, sus antiguos colegas. Así que Pablo, sabiendo las diferencias entre los fariseos y los saduceos, pues mientras los fariseos creían en la resurrección y en la vida futura, los saduceos rechazaban  estas creencias, aprovechó el momento para dividirlos. El resultado fue un reconocimiento a su favor, pues los escribas tuvieron que decir: “Ningún mal hallamos en este hombre…” v. 9. ¡Qué veredicto para alguien que se llame cristiano! Cuando tenemos el coraje y la valentía de hablar de la esperanza de la resurrección de Jesús, sin avergonzarnos, ese  mensaje causará división, pero al final escucharemos las mismas palabras que le dijo el Señor a Pablo: “Ten ánimo…”. Que ninguno de nosotros padezca por hacer el mal, pero si lo hacemos por predicar a Cristo, el Señor nos alentará a seguir adelante. 
2. Aprovechando el momento v. 6. Ya hemos hablado de la crueldad y el acto ilegal de este sumo sacerdote de golpear a Pablo  cuando comenzó a hablar. El verbo  “golpear” que se utiliza acá es el mismo  que Lucas describe cuando  Pablo  fue atacado por una turba según Hechos 21:23, y también es el mismo verbo que se usa para los golpes que le dieron los solados a Jesús (Mt. 27:30). Por lo tanto aquello  no fue una simple bofetada, sino un embate encarnecido. El asunto es que un golpe de ese tipo era humillante, capaz de producir el más grande desánimo y salir de aquel lugar resentido. ¿Cómo habría reaccionado usted ante un golpe así? ¿Le darían ganas de seguir hablando? Pero Pablo, como alguien que no quiere ni perder tiempo ni pasar por alto el momento, se reviste de un gran coraje y valentía, y alzando su voz  para que supieran que nadie le hacía callar, predicó en el concilio, el lugar más emblemático para hablar de Cristo. Simplemente aprovechó el momento. Esta es la acción que más cuenta con el  respaldo del cielo. Quiero decir que la valentía, y no la cobardía para hablar del Señor sin avergonzarse de su nombre, tiene el más completo respaldo de su presencia. ¿Se ha preguntado por qué fue en la Gran Comisión que el Señor les dijo a sus discípulos que estaría con ellos todos los días hasta el fin del mundo? Porque es el trabajo que más demanda su protección y el traerá sus recompensa.
IV.             DIOS SE ACERCA PARA DARTE ÁNIMO CUANDO PERCIBE LOS PELIGROS QUE PUEDEN ARRUINAR SUS PLANES
1. Salvado por el  “tribuno” v. 10. Pablo es un caso insólito en la Biblia y especialmente en la historia de la iglesia del primer siglo. Donde se hace presente hay conflicto, división, movimiento, soldados, peligro, amenazas, celos, golpes, azotes y un sinfín de resultados impredecibles. Ningún otro hombre despertó tantas pasiones y encendió la ira de sus adversarios como él. Fue el hombre muy  amado por sus discípulos, pero extremadamente odiado por su propio pueblo. Este  pasaje nos muestra a un Pablo  más seguro en la cárcel  que fuera de ella. El peligro, pues, era inminente. Pero es aquí donde interviene el Señor. Pablo pudo ser “despedazado”, pero la pronta intervención de Dios a través del tribuno, logró su escape. Hemos dicho que Dios se vale de todos los medios para lograr sus fines. Me llama la atención, por ejemplo, que él usó algunos animales para hablar, disciplinar y alimentar a sus siervos. Así tenemos que una asna le habló a un profeta irreverente (Nm. 22:28). Unos cuervos alimentaron a un profeta hambriento (1 Re. 17:6) Y un pez disciplinó a un profeta desobediente (Jonás 1:17). Así, pues, no es extraño que ahora use a un importante oficial romano para que salve a su apóstol. Dios conoce el peligro que nos acedia  y estará allí para liberarnos. ¡Anímese hermano!
  
2. Salvado por el sobrino  v. 12, 16. ¿Se ha preguntado por qué  Dios no envió un ángel para destruir a los cuarenta hombres que se habían juramentado hasta dar muerte a Pablo? o ¿por qué Dios usó a un muchacho? Bueno, por lo mismo que hemos dicho. Dios es soberano y demuestra que no se le escapa nada al momento de defender y alentar a sus hijos. Muchas cosas se han dicho de la aparición de este sobrino de Pablo, pero el asunto es que vino justo cuando más lo necesitaba. Y  esto es el corazón de este mensaje. Cuarenta hombres se habían hecho un juramento que incluía el ser  “anatemas” o  malditos, hasta que  dieran muerte a este hombre (v. 13). ¿No era esto una exageración así, como el plan que tramaron  contra un inofensivo apóstol? Pero Dios puso al sobrino de Pablo en el momento cuando él estaba en el mayor peligro. Con esto quedó comprobado que hasta ahora nadie  ha estropeado el plan de salvación que Dios ha diseñó para que se predique su evangelio. Los hombres de Dios mueren cuando él quiere, no cuando otros lo planifiquen. Cuando Dios se acerca y nos dice: “Ten ánimo…”,  es porque sabe que nada ni nadie podrá arruinar nuestras vidas, ni el propósito que el Señor tiene con ellas.  
CONCLUSIÓN: Justo cuando  más necesitó del Señor, Pablo  contó con él v. 11. Lo primero que el Señor hizo fue venir personalmente. No envió a uno de sus mejores ángeles,  sino que vino en persona. Vea que vino de noche, eso significa cuando la prueba era más adversa. Él no vino para cuestionarlo por no haber hecho caso a las advertencias de ir  a Jerusalén, sino para animarlo a seguir adelante. Estas fueron sus palabras: “…como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma”. Amados hermanos, cuando nos comprometemos con el Señor, él se compromete con nosotros: “Nunca te desampararé, ni te dejaré” (He. 13:5,6), nos dice la bendita promesa. ¿Qué le desamina ahora?  ¿Hay alguna prueba que lo ha llevado a sentirse preso y se encuentra en el más fuerte sufrimiento? Saque el coraje que hay en usted, pues así como ha sido fiel hasta ahora, la meta es serlo hasta la muerte.  La promesa es que el Cristo que nos da la victoria hoy,  nos las dará en el futuro.   Amén.



sábado, 5 de octubre de 2013

Cristiano todavía no has vivido tus mejores días

“DIOS ME HA DADO OTRO HIJO…” (Génesis 4:25b)
DEVOCIONALES CRISTIANOS

Dios prometió que los hijos de Eva bendecirían al mundo. Pero uno de ellos murió, el otro ha huido, y todo se ha desmoronado. ¿Te has sentido así alguna vez?

¡El hecho de que fracase tu plan no significa que fracase también el de Dios!

Escucha: “Conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set, pues dijo: Dios me ha dado otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín” (Génesis 4:25).
 ¡El Señor puede hacer que vuelvas a tener éxito!

Fíjate en la palabra ‘otro’. Cuando Dios te da otra posibilidad, otra relación u otra carrera, no va a ser la continuación de las malas experiencias que tuviste
antes. No; será ‘otra’, totalmente distinta a las que tuviste antes. ¡Tu futuro empieza con Set!

Date cuenta que el capítulo 5 de Génesis empieza: “Este es el libro de los descendientes de Adán… Vivió Adán ciento treinta años, y engendró… Set. Fueron los días de Adán después que engendró a Set, ochocientos años, y engendró hijos e hijas (Génesis 5:1,3,4). ¿Pero qué pasó con Caín y Abel? No se les menciona. ¡No llegaron a formar parte del libro! Génesis 5 no es simplemente otro capítulo del pasado. ¡Marca el principio de algo nuevo!


Y aun hay más. Adán vivió otros ochocientos años “…y engendró [más] hijos e hijas” (Génesis 5:4b). ¡Tremendo! ¡El nacimiento de Set desbloqueó las bendiciones de Dios! ¿Te das cuenta? Tus mejores días aún no han llegado, porque tu futuro no está ligado a lo que has perdido. No, está justo delante de ti, ¡así que levántate y agárralo!

 (TOMADO DE DEVOCIONALES CRISTIANOS)

jueves, 3 de octubre de 2013

4 SECRETOS PARA REAJUSTAR TU RELACIÓN MATRIMONIAL

“…SED BONDADOSOS UNOS CON OTROS…” (Efesios 4:32)

El secreto de una relación íntima en el matrimonio no es necesariamente tener conversaciones brillantes o el compartir intereses o incluso sexo increíble.
Aunque todas estas cosas son buenas, el secreto de la intimidad es: ¡amabilidad sencilla, la de siempre! Ya sabes, es lo que aprendimos en la guardería, como consideración, cortesía y cuidado. ¿Piensas que tu relación necesita ser reajustada? Si es así, atiende:
(1) Nunca desestimes el poder del contacto físico

¡Parece una afirmación obvia!, ¿verdad? Te sorprenderías; podemos pasar días o semanas sin tocarnos, no obstante un abrazo hace maravillas. Dios nos diseñó de tal modo que cuando nos tocamos con cariño, nuestros cuerpos producen oxitocina, que nos calma y nos ayuda para la unión física y química. Muy ingenioso, ¿verdad?
(2) Olvida los gestos espectaculares

Cuando de modo rutinario construyes unos sencillos gestos de amabilidad en tu matrimonio, éstos se convierten en una fuente de fortaleza para más tarde, como dinero en el banco. Por tanto, piensa (y actúa) de modo “personal” y “dulce”, ¡como ayudando a limpiar, haciendo el café, paseando el perro o sacando la basura!
(3) Recuerda tus modales

El hecho de que estés casado no significa que hay que dejar de lado la cortesía habitual. Pablo dice: “…sed bondadosos unos con otros…” (Efesios 4:32). Eso significa escuchar sin interrumpir, y practicar lo más esencial, como por ejemplo decir: “Por favor”, “Gracias”, y “Lo siento”. Esto no es gran cosa, ¡pero funciona realmente!
(4) Los piropos son la clave

Recuerda: cuando pienses en algo bonito de tu pareja, ¡díselo! Vivimos en un mundo “frío” y competitivo y oír que somos amados, listos, atractivos y divertidos de alguien cuya opinión valoramos realmente, lo significa todo.

(TOMADO DE: DEVOCIONALES CRISTIANOS)