domingo, 23 de noviembre de 2014

DEMANDAS DE JESÚS E IMPLICACIONES DEL CREYENTE



 POR: MISAEL REYES

 Lucas 9:

23. Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.


INTRODUCCIÓN

En contraposición a la verdadera esencia del evangelio de Jesucristo, hoy se predica un evangelio totalmente divorciado de las demandas de Dios a los que por decisión personal, aceptan seguirle. Un evangelio reñido con  los principios y fundamentos bíblicos,  y adaptado a intereses personales. Hoy se vende o se promociona un evangelio sin cruz y sin sacrificio, un evangelio complaciente y mezclado con lo mundano, un evangelio sin compromiso.

Vivir conforme  a las demandas de Dios, tiene su precio, un precio muy elevado que tiene que ser pagado si en realidad queremos ser identificados con su y sus padecimientos, porque,  el que no toma su cruz y sigue en pos de Jesús, no es digno de Él .…”   (Mateo 10: 38, 39)
 La historia del cristianismo está escrita con la sangre de los que decidieron asumir el riesgo de seguir a Jesús.
No fue fácil su camino, muchos fueron encarcelados, aserrados, quemados en hogueras, echados a las fieras, decapitados.
Ese fue su premio, esa fue la recompensa que recibieron por decidir tomar su cruz y seguir a Cristo.

Hoy se proclama un evangelio de flotar sobre nubes, de traspasar paredes, un evangelio donde las plagas no le pican al que  acepta, un evangelio que te lleva de pobre a prospero, que  viste de inmunidad  a todos los aceptan a Jesús.

No se les habla a las gentes de las  implicaciones muy serias  que tienen aceptar, y de las demandas que Dios pide de los que deciden seguir en pos de él. Se presenta solo la  cara bonita del evangelio, la de las bonanzas, pero nunca se hace énfasis en la otra cara, la del sufrimiento, de la renuncia.   No se les habla a las gentes que no son precisamente caminos de rosas los que vamos a transitar, sino de espinas, de pruebas, de sufrimientos y tantas cosas más.

Jesús no ofrece mansiones a quienes deciden seguirlo, tampoco le dice que la vida le va a dar un giro económicamente sólido, él dice que: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.

Esa es la verdad de lo que significa seguir a Jesús. Vivir la vida cristiana de acuerdo a las demandas de Dios; tiene sus implicaciones que deben aceptarse o de lo contrario estaríamos predicando un evangelio diferente.

GALATAS 1: 9 Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.

       I.      Ir en pos de Jesús implica una DECISIÓN PERSONAL.Si alguno quiere venir en pos de mí,…”

Esta decisión no debe ser producto del chantaje, de la manipulación, ni por las ofertas  engañosas de magos espirituales modernos que la persona debe venir al Señor, es por voluntad propia.

 El Señor acababa de hacer un anuncio muy fuerte, les declara a sus discípulos acerca de los sufrimientos que le sobrevendrían, Pedro trata de detenerlo, a lo cual el Señor le reprende durante.

Jesús parece decirle, bueno después de lo que he dicho “si alguno quiere venir en pos de mí, ya sabe cuál es el riesgo que va a correr, así que si ustedes deciden seguirme, la oferta que les hago es esta:

Lucas 14:26,27 Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre y madre, a su mujer e hijos, a sus hermanos y hermanas, y aun hasta su propia vida, no puede ser mi discípulo.…


    II.      Ir en pos de Jesús implica ABANDONAR SU VIEJA NATURALEZA DE VIVIR. “niéguese a sí mismo

Es cierto que venimos a Jesús arrastrando tras sí, un naturaleza pecaminosa que muchas veces nos negamos a abandonar. Aquellos placeres mundanos, las riquezas, el poder, la gloria, la fama, el amor a lo material, son cadenas que nos impiden tener una relación plena con Jesús. Eso que ocupa un lugar importante en nuestra vida, lo más preciado que consideramos, debemos de abandonarlo, eso significa negarnos a nosotros mismo, porque de eso se compone nuestra humanidad pecadora. Pablo lo plasmo muy bien en su carta a los romanos:

Romanos 8:13 porque si vivís conforme a la carne, habréis de morir; pero si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.

No podemos seguir a Jesús y continuar practicando nuestras viejas costumbres, no podemos seguir aferrados a los deseos que antes teníais -dice en otra parte de la Escritura.
Colosenses 3:5 Por tanto, considerad los miembros de vuestro cuerpo terrenal como muertos a la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría.

 III.    Ir en pos de Jesús implica ASUMIR UN COMPROMISO INELUDIBLE DIARIAMENTE.tome su cruz cada dia”

Seguir a Jesús no es una cuestión momentánea ni para ocasiones especiales, debe ser una búsqueda constante de entender su voluntad para nuestra vida. Es tomar nuestra propia cruz, que no será tan pesada como la de Jesús, pero es la demanda de Dios. Cada día, con cada amanecer, vendrán nuevas situaciones, problemas familiares, conflictos, pruebas y toda clase tentaciones las cuales tendremos que llevar si realmente queremos ser discípulo de Cristo.

Mateo 10:38,39 Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.…

 IV.      Ir en pos de Jesús implica ACEPTAR SU LLAMADO PARA AVANZAR y sígame”.

No solamente es mi decisión de seguir, tampoco es renunciar a su vieja naturaleza, ni asumir el compromiso y quedarse estancado con una decisión a cuestas, un compromiso y una cruz sobre los hombros y no avanzar. Es necesario avanzar, seguir los pasos de Jesús, pisar sobre sus huellas para no perdernos en el camino, para sentir su compañía.

Seguir a Jesús es ir muy cerca de él, es no perderlo de vista, es transitar la senda del dolor del sufrimiento, del martirio del oprobio, de los vituperios, de las ofensas.. Si queremos ser fieles discípulos de Cristo, es necesario que aceptemos sus demandas.

CONCLUSION 
 Si queremos formar el carácter de Cristo en nuestra vida, tenemos queaceptar sus demandas. Es parte del proceso  para nuestro desarrollo y crecimiento espiritual. Cada demanda de Jesús para nosotros, tiene sus implicaciones y sus riesgos.La decisión de seguir a Jesús es personal, no es forzada. Renunciar a nuestra vieja manera de vivir es uno de los requisitos del discípulo de CrisTomar la cruz es asumir el riesgo de todo lo que pueda venir en nuestracontra y soportarlo por amor a Cristo.Seguir a Jesús, es avanzar hacia la meta, sin importar las circunstancia que puedan venir.