jueves, 19 de noviembre de 2015

EL SECRETO DE UNA VIDA VICTORIOSA


POR: MISAEL ASARIAS REYES BONILLA.
CITA BÍBLICA:
Génesis 41:
51 José llamó a su hijo mayor Manasés, porque dijo: «Dios me hizo olvidar todas mis angustias y a todos los de la familia de mi padre». 52 José llamó a su segundo hijo Efraín, porque dijo: «Dios me hizo fructífero en esta tierra de mi aflicción».
Los malos recuerdos que anidamos en nuestra vida, pueden privarnos de muchas bendiciones. Vivir toda una vida arrastrando resentimientos, alojando odios y rencores, trunca la oportunidad del disfrute de la vida plenamente.
La vida de un creyente debe estar enfocada hacia lo eterno hasta alcanzar le meta suprema de nuestra redención.
Así lo expreso el Apóstol Pablo cuando escribió a los Fipenses “3: 13. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, 14. Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Olvidar es el primer paso hacia el disfrute de una vida fructífera. José llamó a su segundo hijo Efraín, porque dijo: «Dios me hizo fructífero en esta tierra de mi aflicción».
Dios nos hace fructíferos cuando nos despojamos del peso de un pasado no olvidado o perdonado. Muchos queremos avanzar en nuestro crecimiento espiritual, pero no podemos porque hay cuestiones internas que no hemos podido sacar de nuestro corazón no regenerado.
Hay cosas que se han arraigado tan fuertes en la vida, que nos impide ser fructíferos y avanzar en nuestro crecimiento espiritual.
Cuando la vieja naturaleza es doblegada por el poder regenerador del Espíritu Santo, entonces comienza a formarse en nosotros ese nuevo hombre creado según Dios, y es en el momento de la angustia cuando esa luz irradia nuestra vida y nos hace diferentes, «Dios me hizo fructífero en esta tierra de mi aflicción» (Gen 41: 52)
Si queremos bendiciones, tendremos que pasar por el fuego de la angustia. Es allí donde la misma presencia de Dios se hace visible para darnos aliento, descanso y grandes recompensas.
El secreto de una vida victoriosa tiene su fundamento en reconocer la presencia misma de Dios en todo. Así lo declaro José al nacer su primer hijo: “José llamó a su hijo mayor Manasés, porque dijo: «Dios me hizo olvidar todas mis angustias y a todos los de la familia de mi padre»

jueves, 5 de noviembre de 2015

EL PROPÓSITO DE DIOS DETRÁS DE CADA CRISIS.


Por: Misael Asarias Reyes Bonilla

Salmos 91:

15. Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré.
16. Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación.

Una  crisis es una coyuntura de cambios que alteran el normal funcionamiento de un sistema organizado que afecta de manera notable toda la estructura de una nación.

Las crisis pueden causar cambios traumáticos en la salud de las personas o generar una situación de inestabilidad peligrosa en lo político, lo social, lo militar etc.

Una crisis se genera cuando se rompe el orden establecido para el normal funcionamiento de cualquier institución. Hay leyes o normas que se han establecido para fortalecer la vida matrimonial,  que al ser violentadas trae una consecuencia de ruptura en las relaciones familiares creando una crisis en la que las partes involucradas, optan por la separación.

La historia nos habla de muchas crisis. Una de las crisis más desastrosa y lamentable y por la que aun hoy todos padecemos, se generó en una pareja de recién casados allá en el huerto del Edén.

A pesar de las advertencias y de ser prevenidos por el mismo Dios de las consecuencias de no obedecer el mandamiento, estos fueron tentados por la serpiente. Esto afecto la vida humana, la vida animal y la misma tierra que antes era fértil, paso a ser una tierra inhóspita.

 Esta violación a los principios divinos, nos sumió en la crisis más espantosa que ninguna otra, porque logro romper la relación entre Dios y el hombre y deformar esa imagen original. Pero Dios en su infinita misericordia proveyó el antídoto para que el hombre y la mujer pudieran restaurar esa imagen original con la que fueron creados y promete al hombre y la mujer la mas grandes de las promesas; el advenimiento del Mesías Salvador quien aplastaría a la serpiente. (Gen 3: 15.)

Siempre detrás de cada crisis, hay una respuesta de Dios para bendecir. Dios siempre ha hecho resplandecer el sol de la justicia en medio de la más espantosa oscuridad. Detrás de cada crisis, Dios tiene su plan perfecto de salvación. Detrás de cada crisis, Dios nos da nuevas oportunidades para exaltar su nombre y elevarnos por encima de cualquier circunstancia.

El texto que sirve de base a esta reflexión dice: Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación.