sábado, 2 de diciembre de 2017

UNA MIRADA HACIA ADENTRO.




Por Misael Asarias Reyes Bonilla
Texto Bíblico:

2 Corintios 13:5 Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?

Hebreos 13:9 No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellas.

El diccionario define el termino doctrina de la siguiente manera: "Doctrina, conjunto de enseñanzas que se basa en un sistema de creencias. Se trata de los principios existentes sobre una materia determinada, por lo general con pretensión de validez universal. Por ejemplo: “La doctrina cristiana postula la existencia de un Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo”

A diferencia de los sistemas políticos, cuyas doctrinas se suscriben al ámbito de lo nacional o local, la doctrina cristiana tiene una cobertura universal que abarca a todos los que han entregado sus vidas a Cristo Redentor.

La iglesia instituida por Jesús (Mateo 16: 18) se fundamenta en las doctrinas de Jesús, y sus apóstoles. Cualquier iglesia que no se ajuste a estos principios Cristo céntricos, se ha desviado de la verdad y anda en total desobediencia.

¿Qué patrones bíblicos hay que tener en cuenta para determinar lo que es una doctrina verdadera o una falsificación de ella?

En primer lugar, debe haber sido enseñada y practicada por Jesús y por sus apóstoles. En segundo lugar, debe tener un alcance universal, ser aceptada y aplicada con fidelidad por todo el cuerpo de Cristo.

(Efesios 4: 5. un Señor, una fe, un bautismo,6. un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.

La doctrina Cristo céntrica es lo que hace que la iglesia pueda permanecer sin ser removida, es lo que hace que las puertas del hades de puedan derrotarla, es lo que la hace diferente de otras instituciones y sectas.

La iglesia no podría sobrevivir a los embates de las fuerzas malignas, sino está sustentada en una sana doctrina bíblica.

Con el paso del tiempo y el aumento tecnológico, la iglesia ha sido afectada por esos cambios y ha aceptado como forma de culto, la nueva ola de la cultura cecular, convirtiéndose en una más del montón, donde se tuerce la doctrina a conveniencia para satisfacer intereses personales.

La iglesia tal como la concibió Jesús, ha sido debilitada en su fundamento doctrinal y en su estilo santo y sublime en su liturgia.

(Gálatas 5: 9. Un poco de levadura leuda toda la masa.)

La iglesia ha sido desmembrada y fracturada con diferentes corrientes doctrinales y su modo de adoración. Ya cualquier cosa es aceptada entre la congregación con tal de mantener a un público pasivo que solo asiste cada domingo para llenar un puesto y decir amen y aplaudir cualquier incoherencia que al pastor o los líderes de adoración se les antoje decir.

(Gálatas 5: 7. Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad?)

Ya ese fluir del espíritu que antes se dejaba sentir llenando permanentemente las vidas de los primeros creyentes, ahora ese sentir se limita al tiempo del culto y es manipulado con prácticas extrañas, anti bíblicas y espiritistas que rayan en el chantaje

(Galatas 5: 12. ¡Ojalá se mutilasen los que os perturban!)

Vivimos días inciertos, de seguir buscando vías alternas hacia la santidad, el futuro de la iglesia no parece esperanzador. La recomendación y exhortación apostólica para todos es:

2ª. Corintios 13: 5. Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?