Génesis 3: 7, 8
ENTONCES FUERON ABIERTOS
LOS OJOS DE AMBOS Y SE DIERON CUENTA DE QUE ESTABAN DESNUDOS. COSIERON, PUES,
HOJAS DE HIGUERA Y SE HICIERON DELANTALES. LUEGO OYERON LA VOZ DE JEHOVA DIOS
QUE SE PASEABA POR EL HUERTO, AL AIRE DEL DIA, Y EL HOMBRE Y SU MUJER SE
ESCONDIERON DE LA PRESENCIA DE DE JEHOVA DIOS ENTRE LOS ARBOLES DEL HUERTO.
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El enemigo se presenta siempre de una manera muy sutil
para engañar. En el caso de Adán y Eva, se presenta como una serpiente. No
sabemos qué aspecto tenía la serpiente, pero es de suponer, que no era un
animal horrible con cachos, con una lanza en las manos y vestido de rojo. En 3:
1, dice que “era más astuta que todos
los animales del campo…”
(Hasta hablaba. “…así que le preguntó a la mujer: ¿Es verdad que
Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín?”)
Empleó un lenguaje que parecía verdad, y de hecho,
convenció a la mujer de que el árbol “era
bueno para comer, agradable a los ojos, y deseable para alcanzar sabiduría…”
(3: 6) y no solo eso sino que la mujer “tomó
de su fruto y comió; y dio también a su marido, el cual comió al igual que
ella”
La mujer no solo reconoce los beneficios del árbol,
sino que también toma la decisión de probar y le dio a su marido.
Así actúa el enemigo, no solo llena la cabeza de ideas
raras, sino que incita a cometer acciones que más tarde resultan vergonzosas.
Cuando sus ojos fueron abiertos, se dan cuenta que
estaban desnudos, entonces viene el dolor por el acto cometido y tratan de
enmendarlo ocultándose de Dios escondiéndose entre los matorrales.
Cuantas leyes y
mandamientos de Dios hemos quebrantados al aceptar cosas en nuestras vidas, que
muchas veces queremos ocultar.
Muchas veces nos ocultamos en una iglesia y nos
vestimos de santos o de religioso, queremos ocultarnos de Dios poniéndonos
caretas de piadosos, dando las mejores ofrendas y contribuciones para la obra, adoptando
una falsa espiritualidad. Pero recordemos, “Dios
no puedes ser burlado”
Podremos engañar al pastor, al diacono, pero con Dios
esto no funciona. Así que no te escondas, vamos a Dios que él conoce nuestras
debilidades y nos entiende y nos da su
perdón y su gracia.