“…SED
BONDADOSOS UNOS CON OTROS…” (Efesios 4:32)
El
secreto de una relación íntima en el matrimonio no es necesariamente
tener conversaciones brillantes o el compartir intereses o incluso sexo
increíble.
Aunque
todas estas cosas son buenas, el secreto de la intimidad es:
¡amabilidad sencilla, la de siempre! Ya sabes, es lo que aprendimos en la
guardería, como consideración, cortesía y cuidado. ¿Piensas que tu
relación necesita ser reajustada? Si es así, atiende:
(1)
Nunca desestimes el poder del contacto físico
¡Parece
una afirmación obvia!, ¿verdad? Te
sorprenderías; podemos pasar días o semanas sin tocarnos, no obstante un
abrazo hace maravillas. Dios nos diseñó de tal modo que cuando nos tocamos
con cariño, nuestros cuerpos producen oxitocina, que nos calma y
nos ayuda para la unión física y química. Muy ingenioso, ¿verdad?
(2)
Olvida los gestos espectaculares
Cuando
de modo rutinario construyes unos sencillos gestos de amabilidad en tu
matrimonio, éstos se convierten en una fuente de fortaleza para más tarde,
como dinero en el banco. Por tanto, piensa (y actúa) de modo
“personal” y “dulce”, ¡como ayudando a limpiar, haciendo el café, paseando
el perro o sacando la basura!
(3)
Recuerda tus modales
El
hecho de que estés casado no significa que hay que dejar de lado la
cortesía habitual. Pablo dice: “…sed bondadosos unos con otros…”
(Efesios 4:32). Eso significa escuchar sin interrumpir, y practicar lo más
esencial, como por ejemplo decir: “Por favor”, “Gracias”, y “Lo siento”.
Esto no es gran cosa, ¡pero funciona realmente!
(4)
Los piropos son la clave
Recuerda:
cuando pienses en algo bonito de tu pareja, ¡díselo! Vivimos en un
mundo “frío” y competitivo y oír que somos amados, listos,
atractivos y divertidos de alguien cuya opinión valoramos realmente, lo
significa todo.
(TOMADO
DE: DEVOCIONALES CRISTIANOS)