Por:
Misael Asarias Reyes Bonilla
Cita
Bíblica para la reflexión de hoy: Génesis
2
23. Dijo entonces Adán: Esto es ahora
hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del
varón fue tomada.
Todos los actos creadores de Dios
deberían inspirar confianza en cada creyente y alentarlos a vivir vidas santas
y de victorias sobre los afanes de nuestro diario accionar. No en vano Dios se
esmeró en cada detalle de su creación para darle al hombre la confianza para
creer en él.
La forma como Dios le trae compañía
al hombre, (v. 21) constituye uno de los milagros más sorprendentes de la
creación. El broche de oro con el que Dios culmino su creación, fue la constitución del matrimonio
entre la primera pareja. (v. 22) En su
omnisciencia Dios sabía que su creación no podía funcionar sin la relación
estable de un hogar fundamentado en principios y leyes espirituales. Había de
todo en la incipiente creación, pero
faltaba algo que le diera peso y colorido al universo creado.
La mayor crisis que aqueja hoy al
mundo, no es la falta de los servicios básicos, ni de sistema capitalista,
socialista o democrático, la crisis que vive la humanidad se debe, a la
ausencia de Dios de las familias, de las escuelas, de las instituciones y de
las vidas de quienes ostentan puestos de preeminencia.
No se puede ser buen padre si
nuestros principios y ejemplos, son una afrenta y una vergüenza para quienes
están bajo nuestra autoridad. No se puede gobernar con justicia a una nación,
si alejamos a Dios de las decisiones que beneficien a un colectivo, no se puede
ser buen maestro si nuestro comportamiento dista mucho de lo que son los
valores y las buenas costumbres. No se puede ser buen esposo si no reconocemos
que esa costilla que Dios saco de tu costado y te ha traído, es “huesos de tu
huesos y carne de tu carne” (v. 23) que no es tu esclava, no es tu sirvienta o
tu muchacha de mandado. Debes entender que ahora debes brindarle abrigo,
protección y un hogar donde habitar como una pareja.
Cuando te propones formar
un hogar, es necesario que empieces a
volar solo y manejar tu hogar de manera independiente; lejos de la tutela de
tus padres. (v. 24) La interferencia de los padres en el comienzo de un nuevo
hogar, puede ser dañina y provocar
situaciones lamentables.
Si estás pasando por problemas de
relación con tu pareja, o con tus hijos, aún es tiempo de rectificar y empezar
a caminar la senda hacia la verdadera felicidad. Dios puede hacer de la nada un
hermoso y acogedor Edén de amor para ti.