POR: MISAEL REYES
TEXTO BIBLICO: 6: 5 - 7
5 "Cuando ustedes oren, no hagan como
los hipócritas. A ellos les encanta que la gente los vea orar. Por
eso oran de pie en las sinagogas y en los lugares por donde pasa mucha
gente. Pueden estar seguros de que no tendrán otra recompensa.
6 "Cuando
alguno de ustedes ore, hágalo a solas. Vaya a su cuarto, cierre la
puerta y hable allí en secreto con Dios, su Padre, pues él da lo que
se le pide en secreto.
7 "Cuando
ustedes oren, no usen muchas palabras, como hacen los que no conocen
verdaderamente a Dios. Ellos creen que Dios les va a hacer más caso
porque hablan mucho.8 No los imiten, porque Dios, nuestro Padre, sabe lo que ustedes necesitan, aun antes de que se lo pidan. (BLS)
Antes de entrar en el desarrollo de esta reflexión, definamos el concepto relacionado con el tema en cuestión.
ORACION:
(Gramática)
“La oración es el constituyente sintáctico más pequeño posible, capaz
de realizar un enunciado o expresar el contenido de una proposición
lógica…” Usualmente esto se parafrasea diciendo QUE es el fragmento
más pequeño del discurso que comunica una idea completa y posee
independencia…” (WIKIPEDIA, LA ENCICLOPEDIA LIBRE)
Seria bueno explicar esta definición de oración gramatical, para ver que relación hay con la oración que hacemos a Dios.
Cuando se habla de que la oración gramatical es el constituyente sintáctico
mas pequeño posible, se refiere a una palabra o secuencia de palabra
que funciona en conjunto como una unidad. Cuando se habla de un enunciado en
la oración, se refiere al acto del habla que se realiza normalmente
en una oración mediante una proposición lógica de pensamiento y que se
expresa mediante el lenguaje.
Ahora apliquemos esta definición a la oración bíblica. En la oración que elevamos a Dios deben existir estos elementos:
- Palabras o secuencia de palabras
- Debe haber unidad en la oración
- Debe haber un enunciado o mensaje mediante el acto de hablar
- Debe haber un pensamiento lógico que se exprese mediante el lenguaje
“Podemos definir la oración como una unidad de comunicación que posee sentido completo, independencia sintáctica...”
Este es un tema que ha sido de controversia entre los mismos creyentes que profesan conocer a Jesús.
Parece
ser que no es nuevo este debate sobre los modos o forma de orar.
Jesús alerto a sus discípulos sobre esta mala praxis de la oración
hecha por fariseos, a los que califica de hipócritas.
A
pesar de las enseñanzas de Jesús tocante a la oración y al buen uso
que se debe hacer de ella, en el día de hoy se continúa con las mismas
prácticas de los fariseos y publicanos. Es más, creo que se exceden a
veces en emociones que desbordan en el descontrol y la incoherencia en
la ORACION
Hay oraciones que no cumplen ni aun con la normas
del buen oyente y del buen hablante y rompen con cualquier regla
gramatical. Oraciones donde todos oran a la vez y al final no se dice
nada.
Hay una regla bíblica y básica enseñada por el
mismo Jesús a sus discípulos referentes al modo de orar. En primer lugar
dice: “CUANDO ORES”, no establece un tiempo especifico del día, sino
que dice, cuando busques la presencia de Dios en oración, no seas como
los HIPOCRITAS, porque a ellos les ENCANTA que las gentes los VEA.
De este tipo, se cuentan por millares hoy en día.
Esta
forma de oración, el Señor no la aprueba. Pueden decir las mejores
palabras, pueden subirse en el pedestal más alto, estar ante una
multitud con la mayor elocuencia de palabras, pero Jesús no aprueba
ese tipo de oración porque es una oración sin corazón y sin pasión,
son oraciones vacías que solo busca el aplauso de las gentes y no
responde al sentir de la voluntad de Dios.
Aquí hay una regla de oro para todos los que nos acercamos a Dios en oración. Dice Jesús: “
"Cuando
alguno de ustedes ore, hágalo a solas. Vaya a su cuarto, cierre la
puerta y hable allí en secreto con Dios, su Padre, pues él da lo que
se le pide en secreto.
Esta es una conversación privada entre usted y el Padre. No es necesario gritar para que Dios responda a nuestra oración. Hay
muchos casos de oraciones hechas a Dios en la que solo el mover de
los labios o pronunciar solo una frase, basto para que el Señor
respondiera con creces a estas oraciones.
Un cristiano
no puede obviar este recurso que Dios pone a nuestra disposición.
Tampoco puede dejar de orar porque se debilitaría y moriría, pero es
necesario que haya un equilibrio y se observen ciertas reglas divinas
para que la oración sea escuchada y respondida por el Señor.
El Padre Nuestro, es el mejor modelo a seguir si queremos realizar una oración equilibrada y con sentido lógico.