Por: Misael Asarias Reyes Bonilla
Salmos 91:
15. Me invocará, y yo le
responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré.
16. Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré
mi salvación.
Una crisis es una coyuntura de cambios que alteran
el normal funcionamiento de un sistema organizado que afecta de manera notable
toda la estructura de una nación.
Las crisis pueden causar
cambios traumáticos en la salud de las personas o generar una situación de
inestabilidad peligrosa en lo político, lo social, lo militar etc.
Una crisis se genera cuando
se rompe el orden establecido para el normal funcionamiento de cualquier
institución. Hay leyes o normas que se han establecido para fortalecer la vida
matrimonial, que al ser violentadas trae
una consecuencia de ruptura en las relaciones familiares creando una crisis en
la que las partes involucradas, optan por la separación.
La historia nos habla de
muchas crisis. Una de las crisis más desastrosa y lamentable y por la que aun hoy
todos padecemos, se generó en una pareja de recién casados allá en el huerto
del Edén.
A pesar de las advertencias
y de ser prevenidos por el mismo Dios de las consecuencias de no obedecer el
mandamiento, estos fueron tentados por la serpiente. Esto afecto la vida
humana, la vida animal y la misma tierra que antes era fértil, paso a ser una
tierra inhóspita.
Esta violación a los principios divinos, nos
sumió en la crisis más espantosa que ninguna otra, porque logro romper la
relación entre Dios y el hombre y deformar esa imagen original. Pero Dios en su
infinita misericordia proveyó el antídoto para que el hombre y la mujer
pudieran restaurar esa imagen original con la que fueron creados y promete al
hombre y la mujer la mas grandes de las promesas; el advenimiento del Mesías
Salvador quien aplastaría a la serpiente. (Gen 3: 15.)
Siempre detrás de cada
crisis, hay una respuesta de Dios para bendecir. Dios siempre ha hecho
resplandecer el sol de la justicia en medio de la más espantosa oscuridad.
Detrás de cada crisis, Dios tiene su plan perfecto de salvación. Detrás de cada
crisis, Dios nos da nuevas oportunidades para exaltar su nombre y elevarnos por
encima de cualquier circunstancia.
El texto que sirve de base a esta reflexión
dice: Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré
y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación.