POR: MISAEL REYES
Génesis 24:
1. Era
Abraham ya viejo, y bien avanzado en años; y Jehová había bendecido a Abraham
en todo.
2. Y dijo Abraham a un criado suyo, el más viejo
de su casa, que era el que gobernaba en todo lo que tenía: Pon ahora tu mano
debajo de mi muslo,
3. y te juramentaré por Jehová, Dios de los
cielos y Dios de la tierra, que no tomarás para mi hijo mujer de las hijas de
los cananeos, entre los cuales yo habito;
4. sino que irás a mi tierra y a mi parentela, y
tomarás mujer para mi hijo Isaac.
Después del
nacimiento de Isaac, Abraham debió pasar por dos severas pruebas: 1) el casi consumado
sacrificio de su hijo y, 2) la muerte de su esposa Sara.
Ya al final
de sus días, Abraham como padre
ejemplar, quiere dejarlo todo en orden y obedeciendo a un mandamiento de Jehová
Dios, comisiona a su criado el de más confianza de su casa que buscara para su
hijo, una esposa que no fuera de la
tierra de los cananeos.
En Isaac
descansaba la responsabilidad que la promesa hecha a Abraham, tuviera continuidad. Es por eso
que Abraham se preocupo por dejar un hogar en orden.
En nuestro
mundo moderno ya esto no se toma en cuenta. Los jóvenes hacen su elección sin
tomar en cuenta el consejo de los padres ni mucho menos a Dios y seleccionan a
sus parejas sin analizar las consecuencias que tal decisión pueda traerle a su
vida en el futuro.
Aun en el
pueblo cristiano, tanto los padres como los hijos no están haciendo caso al
mandamiento de Dios en su palabra. Están permitiendo relaciones que no son
aprobadas por Dios. Es tarea de los padres orientar a sus hijos e hijas sobre
una decisión tan seria y que será para toda la vida-
Como padres
cristianos, es nuestro deber orientar a nuestros hijos e hijas en la búsqueda
correcta, que garantice la continuidad de la bendición, la estabilidad de la
futura familia y la conservación de los principios cristianos.
Muchacha o
muchacho cristiano, antes de tomar una decisión que contravenga la voluntad de
Dios, busca el consejo de su palabra.
No dudamos
que Dios es el que obra milagros y que puede hacer grandes cosas y transformar
vidas; pero los milagros siempre suceden SI somos obedientes a su palabra.