Por: Misael Asarias Reyes Bonilla
Génesis
1: 2, La tierra era un caos total, las tinieblas cubrían el abismo,
y el Espíritu de Dios iba y venía sobre la superficie de las aguas. 31. Dios miró todo lo que había hecho, y
consideró que era muy bueno. Y vino la noche, y llegó la mañana: ése fue el
sexto día.
Dios es el más grande ejemplo de como de la nada, de la
desolación, de la oscuridad, de las crisis más profundas y de las más severas
situaciones, hace florecer la esperanza en una tierra desordenada y en caos
total.
El ser humano es propenso a sucumbir y desmayar ante
cualquier circunstancia que se interponga en su camino. Es más, nos desanimamos
ante el solo hecho de pensar en lo largo del camino, sin haber dado ni siquiera
el primer paso. Nos desalentamos al pensar en los años que pasaremos en una
universidad y en lo complicado de las materias, antes de pisar por primera vez
las puertas de una institución educativa.
En los escritorios de muchas gentes duermen plácidamente
proyectos, ideas y sueños que no vieron luz simplemente porque sus actores
fueron presas del temor, del miedo y vieron gigantes donde solo había una
tierra de esperanza que “fluía leche y miel”.
Nunca avanzaremos a la conquista de nuestras metas sino
estamos dispuestos a los riesgos, nunca lograremos saborear la “leche y la
miel” sino pasamos
Quizás eres uno de los tantos que han visto sus ilusiones y
sueños frustrado y que hoy deambulan por las calles sin saber qué hacer. Tal
pienses que tu vida ya toco fondo y no hay remedio para salir del foso donde has caído y te aferras a
seguir viviendo ese estado de frustración que te sumerge en el desánimo y
trunca toda posibilidad de disfrutar una vida plena y abundante. Prefieres
rendirte, ante la puesta de un día nublado, sin saber que detrás de esa alta
montaña te espera un sol esplendoroso.
No será fácil el camino, pero tampoco imposible para alcanzar
tus metas. Dios guiara tu marcha por este desierto. En esos momentos de
oscuridad cuando las tinieblas te cubran, el ira contigo como una columna de
fuego para iluminar tu camino y para señalarte la dirección correcta, y de día cuando el sol abrazador del desierto
queme tu piel y la sed reseque tu garganta, el enviara una nube para cubrirte y
fortalecer tu marcha. No te detengas avanza puestos los ojos en ese ideal de
gloria. por el sendero espinoso de las dificultades y las pruebas.
Nunca alcanzaremos la tierra de promisión, si antes no enfrentamos y vencemos a
los gigantes que internamente habitan en nuestra mente.