sábado, 7 de enero de 2017

DIA 4. CONSECUENCIAS Y SECUELAS DEL PECADO


Por: Misael Asarias Reyes Bonilla
Cita Bíblica: Génesis 4: 3 – 5, 8

3. Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová.
4. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda;
5. pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.
8. Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.

Indudablemente que el pecado tiene sus consecuencias y sus secuelas. Es una epidemia que empezó por un hombre y se transmitió a toda la raza humana. El pecado es lo opuesto a la santidad.

El pecado rompe la relación con Dios y sumerge al hombre en un abismo del cual no puede salir, a menos que este decida romper con esa maldición al fijar sus ojos en Cristo.
Alejarnos de la guía que Dios ha establecido para que andemos en nueva vida, es como conducir un auto con los ojos vendados o como lanzarse de un avión sin paracaídas.

Cuando la primera pareja quito los ojos de su creador y opto por probar nuevas experiencias materiales, empezó el gran problema. Cuando Caín quito los ojos de Dios y se enalteció por su ofrenda, dio paso a los celos amargos y termino derramando la sangre de su propio hermano. Lo que había sido creado con tanta dedicación, de un momento a otro es opacado, primero con el pecado de Adán y Eva y luego el pecado de Caín.

Hoy, las familias sufren los embates del enemigo. Su objetivo ha sido siempre la familia y sobre todo aquellas que están siendo formadas bajos principios espirituales. Por eso vemos familias enfrentadas en riñas que terminan muchas veces en desenlaces fatales. 

Esposos enfrentados por cuestiones triviales, hijos rebeldes que no respetan sus padres. Es una situación muy difícil por la que atraviesa esa institución creada por Dios llamada familia.


Dios aún sigue amando la familia, no solo a aquellas que hacen su voluntad y le sirven, sino también a aquellas que han violentando sus leches y sus mandamientos. El sigue en busca de esa familia que cual oveja ha dejado el redil. Él quiere salvarte de ese despeñadero donde te encuentras ahora, tomarte entre sus brazos y traerte al redil para curar tus heridas e integrarte a su comunidad de amor.

viernes, 6 de enero de 2017

DIA 3. De la transgresión a la Restauración


Por: Misael Asarias Reyes Bonilla.
Cita Bíblica: Génesis 3: 8, 21


Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.
Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.

La creación que había sido concluida totalmente sin obviar detalles, es ahora empañada por la nota triste de la presencia de la serpiente. (diablo o satanas)
La luna de miel, se convierte en la más dolorosa y amarga experiencia del incipiente matrimonio.

Movidos tal vez por la curiosidad de probar nuevas experiencias, optaron por aceptar las ofertas engañosas del tentador (diablo o satanas) Avergonzados por su transgresión tratan de ocultarse de Dios quien va en  búsqueda de criaturas para juzgarles severamente y  brindarle su perdón y cubrirlos con su inmenso amor.

Dios nos ha provisto de todas las bendiciones posibles para nuestro bienestar espiritual, nos ha dado principios, leyes, normas y su palabra para que vivamos sin necesidad de estar probando nuevas experiencias que solo  conducen al debacle y ruina espiritual de la familia, de la creación misma, de nuestra propia vida y la de otros.

A pesar que caemos muchas veces en errores, y que nuestra falta de convicción y de temor a Dios nos lleva a cometer  pecados premeditados y de omisión; Dios siempre sigue paseándose entre nosotros, no para aplastarnos, tampoco para aplaudir nuestros desaciertos,  viene para levantarnos, ayudarnos a levantarnos y sanarnos de las heridas que el enemigo causa en nosotros.

El hecho de que Dios nos perdona completo, eso no nos da licencia para seguir pecando cuantas veces se nos antoje, él es el Dios de amor, pero también sabe usar muy bien la disciplina para corregirnos cuando pecamos.

La mejor forma de demostrar que amamos a Dios, es viviendo una vida de santidad, alejados de todo aquello que ofenda su carácter santo y su majestad.

Cuando quitamos los ojos de Jesus, estamos propensos a caer en la trampa de las ofertas engañosas de la serpiente. Si quitamos la mirada de Jesus, es posible que en nuestro caminar sobre las aguas, nos hundamos y le neguemos muchas veces.
Rectificar y levantarnos, es el paso que nos guiara al encuentro de un Dios amoroso para sentir nuevamente su abrazo de perdón.