Por: Misael Reyes
Cita Bíblica:
1ª Corintios 2: 2. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna
sino a Jesucristo, y a éste crucificado.
Cuando
la posición social, el interés personal y cualquier otra gloria terrena
suplanta los altos ideales del evangelio de Cristo, nuestro testimonio se torna
vacio e incoherente con lo que profesamos.
El apóstol
Pablo es un ejemplo de lo que es vivir una vida cristiana en integridad y
rectitud. El cambio que produjo la presencia misma del Señor en su vida, se
evidencia en la transformación de su propia vida personal y espiritual y en la
contundencia de cada una de las acciones que a partir de ese momento realizo
por la defensa y confirmación del evangelio.
Por su
vasto conocimiento y su celo por ley,
recibe autorización de las autoridades religiosa de su tiempo para exterminar a
todos los que profesaban creer en Cristo. Pero más tarde, este hombre que se
preciaba de poseer poder, conocimiento, riquezas y tantas otras prebendas más que
dan los poderes terrenales, lo encontramos haciendo declaraciones tan serias y firmes
e impactando con su testimonio personal a toda una nación. Era tanta la fe y la
certeza que Pablo tenía en Jesús y su palabra que se atrevía a hacer
declaraciones tan firmes.
Filipenses
3:7, 8 Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado
como pérdida por amor de Cristo.
Para Pablo, por encima de cualquier bien material o cualquier
conocimiento científico o poder terrenal, estaba su amor y lealtad a Cristo, y continuaba
diciendo,
“Y
ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del
conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y
lo tengo por basura, para ganar a Cristo,
Que testimonio tan contundente y que convicción más
profunda de las implicaciones y las
demandas de lo que significa vivir la vida cristiana plena y con propósitos tan
elevados. Palabras como estas, solo pueden salir de los labios de alguien cuya
fe es mas conocimiento humano, bienes
temporales y cosas efímeras.
Hoy hay muchos creyentes que quieren servir al
Señor, pero no quieren asumir compromisos muy fuertes, dicen amar al Señor pero
le cuesta dejar sus ataduras materiales, dicen creer en Jesús, pero les da
temor testificar.
Pablo dijo
a los de filipos, Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna
sino a Jesucristo, y a éste crucificado.1a. Corintios 2:2
Si tu anhelo de servir a Dios está dado en función del
“¿cuánto hay pa’ eso?” lo mejor es que renuncies a esa idea mezquina porque no
se corresponde con las leyes del reino de Jesús y en vez de ser de bendición pueden
revertirse en consecuencias no agradables a tu vida.
La meta o propósito de todo cristiano
es que el nombre de Cristo sea glorificado, que el testimonio y carácter cristianos,
puedan reflejar al mundo la inmensidad y la soberanía de un Dios que ama y
perdona.
Hay que tener mucho cuidado con las
ofertas engañosas que el enemigo de Dios esta haciendo hoy a sus hijos. El mismo
que tentó a Jesús ofreciéndole fama, poder y riquezas; es el mismo que hoy
sigue atacando desde esos mismos frentes a los creyentes y muchos están siendo
presas fáciles de sus astucias.
Es bueno y recomendable el consejo de
Pablo. Nuestra convicción y nuestra fe en Cristo, debe llevarnos a asumir
compromisos tan elevados y declaraciones tan firmes que estén por encima de
cualquier postura o compromiso terrenal.
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