lunes, 23 de enero de 2017

Dia 13. DE REGRESO AL ALTAR


Por: Misael Asarias Reyes Bonilla
Texto Bíblico: Génesis 13: 3, 4
3. Y volvió por sus jornadas desde el Neguev hacia Bet-el, hasta el lugar donde había estado antes su tienda entre Bet-el y Hai,
4. al lugar del altar que había hecho allí antes; e invocó allí Abram el nombre de Jehová.

Acosados por el hambre que había en la tierra, Abram vino a Egipto para abastecerse de provisiones. Allí se presenta una no muy pequeña dificultad con relación a Saraí su mujer que le obliga a mentir para librarse de ser muerto por causa de ella.
Dejar el lugar de bendición, puede ocasionarnos serias dificultades personales que pueden afectar también  a otros. Estar en el lugar equivocado puede dañar relación con Dios y afectar nuestro testimonio personal. Volver al altar buscando la presencia de Dios es la fórmula divina para reestablecer nuestra comunión con Dios.
De regreso a su tierra, Abram tiene que enfrentarse a la separación de su sobrino Lot por las reiteradas contiendas entre los pastores de ambos por los espacios.
La sabia intervención de Abram, hace posible que Lot pueda escoger la dirección que el considero correcta.
Estas situaciones se repiten a diario, pasa asi en la familia. Cuando los hijos ya son grandes  y comienzan a tener sus cosas y se establecen profesionalmente, ya los espacios en su hogar de origen les queda pequeño y muchas veces terminan en riñas, contiendas y separación.
Cuando nuestros ojos son desviados en dirección opuesta a Dios, terminamos en un callejón sin salidas, entre personas pecadoras.
Muchas veces nos dejamos vislumbrar por lo material,  por lo fantástico, por lo efímero y echamos a un lado a Dios, y actuamos impulsados por un ansia de poder, de grandeza y riquezas materiales que al final, arruinaran nuestra vida y hará de la familia un verdadero caos. Igual situación ocurre en las congregaciones, cuando a los creyentes les pica el gusanito de la grandeza espiritual, comienzan las riñas y las contiendas  que terminan en divisiones.
Después de su problema en Egipto, Abram volvió a su tierra y al altar e invoco allí el nombre de Dios. Eso le ayudo de manera notable en los   problemas que se le presentaron con Lot.
Cuanta falta nos hace hoy volver al altar para traer nuestras cargas y  problemas ante Dios. Es allí donde Dios manifiesta su presencia sobre sus hijos, es allí donde podemos sentir su paz y su dirección.

 

 


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario