EL LEGADO DE UN PADRE
(Josué 24:15)
INTRODUCCIÓN: El diccionario nos presenta la definición de la
palabra Legado como, lo que se deja o transmite a cualquier sucesor o lo que se
transmite de una generación a otra, ya sea aptitudes, valores, historia,
religión, costumbres, etc. Esta palabra se puede confundir con la palabra
herencia, pero el legado va mas allá. El
legado que se deja es mas que los bienes materiales, las propiedades o
cualquier cosa tangible, es el ejemplo de vida que dejamos una vez que partimos
de este mundo, es la influencia que impartimos en los seres que amamos y en las
personas que cruzan nuestro camino. En
nuestras vidas tenemos ejemplos de padres que han dejado su legado y han
marcado nuestras vidas de una forma positiva o lamentablemente, a veces de una
forma negativa. En la Biblia encontramos el ejemplo de un hombre, un padre,
quien con su legado impacto no solo a su generación sino a todas las
generaciones que han seguido hasta la presente, su nombre fue Josué. Durante su
vida, Josué, dio ejemplo de su fe en Dios, de su obediencia a la palabra de
Dios y de su servicio y fidelidad a su Señor. En sus ultimas palabras antes de
morir, Josué dejo al pueblo de Israel con el siguiente reto: “Y si mal os
parece servir a Jehová, escogeos hoy a quien sirváis, si a los dioses a quienes
sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del rio o a los
dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a
Jehová.” Josué 24:15. Veamos entonces
como Josué hizo este reto una realidad a lo largo de toda su vida.
I.
EL LEGADO DE LA FE
La vida de Josué se caracterizo, entre muchas cosas,
por el tamaño de su fe. El fue escogido por Dios, desde su temprana edad, para
ser el servidor y el fiel discípulo del libertador del pueblo de Israel,
Moisés. Josué fue testigo de las maravillas y milagros que Jehová realizo para
liberarlos de su esclavitud de Egipto. Sin duda, la fe de Josué fue establecida
y fortalecida al ver como Dios nunca les fallo sino que cumplió cada una de sus
promesas de acuerdo a su palabra. La primera gran prueba de fe que vendría a la
vida de Josué, seria la prueba después de la misión a espiar la tierra
prometida. Esta era una misión difícil y peligrosa que pondría a prueba la
valentía y determinación de estos doce hombres escogidos por Moisés. Lo que los
espías encontraron en esa tierra nunca lo imaginaron. En el arroyo de Escol
encontraron racimos de uvas tan grandes que tuvieron que llevar un racimo entre
dos hombres para mostrar al pueblo (Números 13:23). Esto fue indicativo del
tipo de tierra en la cual se encontraban, una tierra con cualidades
maravillosas pero intimidantes, llena de “hombres de grade estatura” (Números
13:32). Al regresar al campamento, diez de los doce espías reportaron al pueblo
que seria imposible conquistar esa tierra, que estaba llena de gigantes y que
ellos destruirían al pueblo como a langostas. Pero Josué y su compañero fueron
los únicos hombres quienes vieron mas allá de los obstáculos y lo imposible.
Ellos vieron los beneficios de esa tierra, una tierra que fluía leche y miel! Josué
le había creído al Dios que los había sacado de la tierra de Egipto, el había creído
a su promesa que ellos heredarían la mejor tierra que Dios podía darles, y con
una declaración de fe y valentía, Josué y Caleb le dicen al pueblo: “Si Jehová
se agradare de nosotros, el nos llevara a esta tierra, y nos la entregara;
tierra que fluye leche y miel. Por lo tanto, no seáis rebeldes contra Jehová,
ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su
amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros esta Jehová; no los temáis”
(Números 14:8-9). Que osadía la de estos
hombres! El ir en contra de toda una nación, levantarse y decir, nuestra fe
esta fundamentada en el Dios que ha prometido y que hará, y en el nombre de ese
Dios conquistaremos esta tierra! Una fe de este calibre transciende la historia
y las generaciones que la siguen.
II.
EL LEGADO DE LA OBEDIENCIA
La obediencia de Josué es un ejemplo a seguir. La
Biblia nos dice que Josué hizo todo como Jehová le había mandado a Moisés y
como Moisés en cambio le había mandado a el, “sin quitar palabra de todo lo que
Jehová había mandado a Moisés.” (Josué 11:15). Cada palabra que le fue dada por
parte de Dios y de Moisés, Josué cumplió, sin desviarse de ninguna de ellas.
Tal vez el ejemplo mas impactante que tenemos de la obediencia de Josué lo
vemos en la historia de la toma de Jericó. Dios le había prometido a Josué que
le daría la ciudad de Jericó en sus manos. Josué para este tiempo en su vida
era un hombre experimentado en guerra, en batalla y en estrategias de
conquista. Podemos imaginarnos que Josué esperaba que las instrucciones de Dios
serian unas de ataque sorpresivo con todas las armas y los recursos disponibles
al ejercito de Israel. Pero la sorpresa vendría cuando las instrucciones de
Dios serian todo lo contrario. El pueblo de Israel debía rodear la ciudad de
Jericó y caminar alrededor de ella una vez al día por siete días. Al séptimo día
darían siete vueltas, los sacerdotes tocarían las bocinas y entonces el pueblo
gritaría a gran voz y el muro de la ciudad caería (Josué 6:2-5). ¿Cómo? Dios, ¿estás
seguro? ¿Caminar por siete días? ¿Tocar las bocinas? ¿Gritar? ¿Qué paso con los
ataques de fuerza total, con toda la caballería y las armas de guerra? Esta
pudiera ser la reacción sincera de un hombre especializado en batalla, del
rango de Josué, al escuchas semejante plan, pero ¿cuál es la respuesta inmediata
de Josué? Dice la palabra que llamó Josué a los sacerdotes y al pueblo y les
dio las instrucciones que había recibido de Dios, los organizo y así
emprendieron la tarea de Dios les había encomendado sin fallar en una sola
palabra (Josué 6:6-27). ¿Y el resultado de esa obediencia? ¡Una victoria total!
Dios fue fiel a la obediencia de Josué y la fama de Josué se difundió por toda
la tierra, fue temido y respetado por todo el pueblo. Pero más importante que
todo esto fue que el nombre de Jehová fue glorificado y todas las naciones
paganas reconocieron que en Israel estaba el Dios verdadero. Un detalle acerca
de esta historia, la única persona que los israelitas salvaron de la ciudad de
Jericó se llamo Rahab, ella y su familia fueron los únicos que no murieron en
el ataque por haberle salvado la vida a los espías israelitas. Como
consecuencia, Rahab vino a ser parte de la genealogía directa de donde vendría
el Mesías, Jesucristo! Nunca subestimemos el impacto que un acto de obediencia
de nuestra parte pueda tener en las generaciones futuras cuando estamos en las
manos de Dios.
III. EL LEGADO DE LA
FIDELIDAD
En sus últimos días de vida, Josué reunió a todas
las tribus de Israel para darles un último mensaje. El pudo haberles dado un
discurso acerca de todas las grandes hazañas que el había hecho, las guerras y
batallas ganadas, las tierras y los pueblos conquistados, las riquezas
acumuladas. Pero el mensaje de Josué fue palabra de Jehová. El le recordó al
pueblo todas las obras milagrosas que Dios hizo por ellos, cómo su brazo
poderoso los libro de la esclavitud de Egipto y los guio por el desierto, la
protección y provisión de Dios durante 40 años de éxodo. Después de recordarles
todas estas cosas entonces Josué les plantea un desafío personal. Los
versículos 14 y 15 de Josué 24 dicen: “Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle
con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales
sirvieron vuestros padres al otro lado del rio, y en Egipto; y servid a Jehová.
Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quien sirváis, si a los
dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del
rio o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa
serviremos a Jehová.” En Josué había una determinación de no desviarse de los
caminos de Dios y serle fiel sin importar lo que el resto del pueblo decidiera.
La mente de Josué estaba resuelta y no dio ni un paso atrás. Una vida de
decisión y determinación, en la que no se comprometen los principios y valores,
donde el mensaje siempre es el mismo, es una vida que transformara a otros y
los hará seguir el mismo ejemplo y camino. En Mateo el Señor Jesucristo habla
de la bondad de nuestro Padre Celestial comparada con la bondad de nuestros
padres terrenales y nos dice que si ellos, siendo humanos imperfectos, nos
saben dar buenas dadivas, cuanto mas nuestro Padre Celestial nos dará todo lo
que es bueno (Mateo 7:11). Que bendición la de un hijo que puede ver en su
padre terrenal el reflejo, la bondad y la fidelidad de su Padre Celestial! La
historia de Josué termina diciéndonos que el pueblo de “Israel sirvió a Jehová
todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué
y que sabían todas las obras que Jehová había hecho por Israel.” (Josué 24:31).
La fidelidad de Josué transcendió a la generación que le sobrevivió y su
ejemplo marco las vidas de los que le conocieron y mas allá. Que legado esta
dejando como padre para las generaciones futuras? Es su ejemplo uno que quiere
que sus hijos sigan?
CONCLUSIÓN: Viví nueve años
en la preciosa ciudad de Vancouver en la costa oeste de Canadá. Una de las
características más conocidas de esta ciudad son sus imponentes montañas. Parte
de las famosas Montañas Rocosas se encuentra en esta parte del país. Esta también
es una de las cosas que más le encantaba a papa de vivir allí. El siempre se
maravillaba al ver el paisaje majestuoso de las montañas que nos rodeaban.
Todas las mañanas en la vía que nos llevaba a la estación del tren donde el me
dejaba para ir al trabajo nos encontrábamos con una de las vistas mas lindas de
esas montañas. Casi nunca sin falla, mi papa me decía, ¿viste que lindas están
las montañas hoy? O, ¡mira esas montañas! En mi mente siempre decía, papá son
las mismas montañas que vemos todos los días, ¿qué hay de especial hoy? Ahora
que ya no vivo en esa ciudad tengo que reconocer que extraño esas montañas,
pero lo que ahora tiene mas significado es el mensaje que estaba detrás del
comentario de mi papá. No se trataba simplemente de las montañas, se trababa de
reconocer la grandeza y la majestad de Dios todas las mañanas, se trataba de
que no importe lo que ese día trajera a mi vida así como las montañas nunca
cambiaban, mi Dios nunca cambiaría. Las montañas ahora representan la firmeza y
el poder de la palabra de Dios en mi vida, la eterna belleza de la presencia de
mi Señor donde quiera que vaya. Es el quitar mis ojos del valle que esta al
frente y fijar mi mirada en lo de arriba, en lo celestial. A mi papa le debo el
ejemplo de una vida donde en medio de lo mundano y las pruebas puedo tomar un
momento para “ver las montañas” y saber que mi vida esta en las manos de Aquel
quien mora mas allá de ellas. Este es el legado de mi padre. Es su voz la que
me recuerda todas las mañanas, ¿vistes hoy las montañas?