Por: Misael Asarias Reyes Bonilla.
Texto Bíblico: Génesis 10: 1
Estas son las generaciones de los hijos de Noé:
Sem, Cam y Jafet, a quienes nacieron hijos después del diluvio.
El plan de Dios de poblar la tierra, sigue su
curso. Noé sale del arca con su mujer, sus hijos y las mujeres de sus hijos, y
reciben el mandamiento de “fructificarse y multiplicarse”
Noé tuvo tres hijos:
Sem, Cam y Jafet. De los hijos de
Jafet, se poblaron las costas, cada cual según su lengua, conforme a sus
familias en sus naciones,(10: 5) Se
convirtieron en el pueblo indoeuropeo y se asentaron al este de Asia, al norte en Europa, y hacia el oeste
en España.
El
territorio de los descendiente de Cam fue: desde Sidón, en dirección a Gerar,
hasta Gaza; y en dirección de Sodoma, Gomorra, Adma y Zeboim, hasta Lasa.
(10: 19)
Los
descendientes de Cam emigraron en su mayor parte hacia el noreste de
África, especialmente Egipto, la región mediterránea del este y el sur de
Arabia. Con el tiempo, ellos formaron el pueblo del este y sur de la
Mesopotamia. Los descendientes de Canaán se asentaron en el área que
el Señor más tarde se comprometió a dar a los descendientes
de Sem.
El territorio de los hijos de Sem comprendía desde Mesa en dirección de Sefar, hasta la
región montañosa del oriente, (10: 30) en lo que hoy es Irán (la antigua Persia) Asiria, Siria y
Turquía Occidental.
¿Qué
importancia reviste todo esto? En primer lugar,
Dios no ha cesado en su empeño de tratar con el hombre a pesar de su
desobediencia.
En segundo
lugar, Dios quiere darnos identidad de hijos al relacionarnos con su línea
espiritual.
En tercer
lugar, Dios está cumpliendo su propósito de repoblar la tierra con un reino de
sacerdotes y gentes santas.
En cuarto
lugar, Dios quiere enseñarnos con esta lección, que su visión es ampliar los espacios para llevar
un mensaje esperanzador al mundo.
Su promesa va
en ascenso, cada día podemos percibir por todo el mundo, su fidelidad en el
cumplimiento de su pacto de gracia.
Cada día que
pasa son más evidentes las muestras de
su inmenso amor por sus hijos al abrirnos las puertas a nuevas oportunidades en
campos donde hace tiempo, era imposible la presencia del evangelio.
Hoy lamentablemente estamos dispersos
doctrinalmente, cada uno aplicando la doctrina a su manera, pero llegara el día
en que el apartara el trigo de la cizaña y
unirá a su pueblo bajo una sola bandera y un solo sentir.
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